El sector cultural en México registró un crecimiento económico de 1.2% durante el último año, impulsado por la producción audiovisual, el diseño y las artes escénicas. Sin embargo, este avance contrasta con una reducción significativa en la fuerza laboral cultural, lo que revela una brecha entre el valor generado y las condiciones de trabajo del sector.
Según los datos más recientes, la disminución del empleo afectó particularmente a mujeres y a personas que trabajan de manera independiente. Expertos señalan que estas áreas son las más vulnerables a la inestabilidad económica, la falta de seguridad social y los cambios en la demanda de productos culturales en el país.
El incremento del valor económico de la cultura se atribuye, en parte, al fortalecimiento de plataformas digitales y al consumo de contenidos audiovisuales, que han diversificado las fuentes de ingreso del sector. No obstante, esta digitalización también ha generado un desplazamiento de empleos tradicionales y una mayor precarización para quienes dependen de actividades presenciales.
Las instituciones culturales advirtieron que es necesario reforzar las políticas públicas orientadas a mejorar la estabilidad laboral y los derechos sociales de los trabajadores del sector. Asimismo, insistieron en la importancia de promover modelos sostenibles que permitan equilibrar el crecimiento económico con el bienestar de la comunidad creativa en México.







