El Banco Central Europeo (BCE) ha emitido una advertencia formal a las autoridades italianas, pidiéndoles que reconsideren una propuesta legislativa que permitiría al gobierno acceder o vender parte de las reservas de oro del Banco de Italia. Esta injerencia del Estado sobre las reservas de un banco central nacional ha provocado una seria preocupación en Fráncfort.
El BCE, a través de una opinión no vinculante pero de gran peso político, argumentó que cualquier medida que comprometa el control del Banco de Italia sobre sus reservas de oro socavaría la independencia financiera y monetaria de la institución. Esto es un principio fundamental del Eurosistema, ya que las reservas de oro y divisas son cruciales para la ejecución de la política monetaria.
Desde una perspectiva crítica, la propuesta italiana se produce en un contexto de alta deuda pública y necesidad de financiación. La posibilidad de que el gobierno pueda utilizar los activos de alta liquidez del banco central (como el oro) para financiar el gasto público representa un riesgo fiscal significativo. Analistas señalan que monetizar las reservas de oro es una medida de desesperación que puede minar la credibilidad financiera de Italia y generar incertidumbre en los mercados.
El valor de las reservas de oro del Banco de Italia, que asciende a más de 100.000 millones de euros, debe ser gestionado exclusivamente por la entidad monetaria para mantener la solvencia y la capacidad de intervención en situaciones de crisis. El BCE busca evitar que la política fiscal de un Estado miembro comprometa la integridad de todo el sistema monetario de la Eurozona.
