Visa, la gigante estadounidense de pagos, ha anunciado planes para introducir sus servicios en Siria tras alcanzar un acuerdo con el Banco Central de Siria. Este movimiento busca establecer la infraestructura necesaria para los pagos digitales en un país que, durante años, ha estado aislado del sistema financiero global debido a las severas sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.
El acuerdo representa un desafío significativo para Visa, ya que la compañía debe navegar por un complejo entorno regulatorio y de compliance. La intención es facilitar las transacciones electrónicas y apoyar la modernización financiera de la economía siria, aunque la escala de la operación estará inicialmente limitada por las restricciones impuestas sobre el país.
Desde una perspectiva crítica, la entrada de Visa en Siria abre una ventana de oportunidad para la banca y el comercio sirios, permitiendo una mayor integración con los sistemas de pago globales. La digitalización puede reducir la dependencia del efectivo y mitigar parte de los riesgos de corrupción y economía sumergida.
Sin embargo, la operación conlleva un riesgo reputacional y legal significativo para Visa. La compañía deberá asegurar que cada transacción cumpla estrictamente con las regulaciones de sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de EE. UU. (OFAC), las cuales limitan drásticamente el tipo de negocios que se pueden realizar. El éxito de esta iniciativa se medirá por su capacidad para impulsar la inclusión financiera sin violar los marcos legales internacionales.



