El gobierno suizo está listo para flexibilizar una parte clave de las regulaciones de capital aplicables a UBS Group AG, el banco más grande del país y único actor bancario globalmente sistémico. La decisión, que se da a conocer meses después de que UBS absorbiera a su rival en crisis, Credit Suisse, busca facilitar la compleja y masiva integración de las dos entidades.
La relajación regulatoria se enfoca en el cálculo de los activos ponderados por riesgo de UBS. Aliviar temporalmente la presión sobre el capital permite a UBS gestionar mejor los activos tóxicos y los pasivos heredados de Credit Suisse sin la necesidad inmediata de recaudar capital adicional en el mercado, un proceso que podría ser costoso y dilutivo para los accionistas.
Desde una perspectiva crítica, la decisión del gobierno suizo subraya el enorme riesgo sistémico que representa la nueva UBS. El banco fusionado es ahora dos veces más grande que la economía suiza, y cualquier problema en su balance tendría un impacto catastrófico a nivel nacional y global.
Los críticos argumentan que suavizar las reglas de capital es una medida excesivamente cautelosa que prioriza la comodidad del banco sobre la seguridad financiera a largo plazo. La preocupación es que al relajar los requisitos, se está subestimando el riesgo real de los activos del nuevo gigante bancario, revirtiendo el aprendizaje de la crisis financiera de 2008. La decisión confirma el papel de UBS como un banco «demasiado grande para quebrar» (Too Big To Fail), lo que obliga al Estado a garantizar su estabilidad financiera.



