El gobierno del Reino Unido anunció nuevas sanciones dirigidas a varias entidades y ciudadanos de Rusia y China, a quienes responsabiliza de impulsar campañas coordinadas de desinformación y actividades cibernéticas consideradas hostiles. Londres afirmó que estas acciones buscan proteger su seguridad nacional y frenar operaciones que, según sus informes, buscan influir en la opinión pública y debilitar instituciones británicas.
De acuerdo con las autoridades, las organizaciones sancionadas estarían vinculadas con la creación y difusión de contenidos falsos que circulaban principalmente en redes sociales, así como con intentos de penetrar sistemas gubernamentales y tecnológicos del país. El Reino Unido aseguró que estas campañas forman parte de estrategias más amplias destinadas a interferir en procesos políticos y sembrar desconfianza entre la población.
El paquete de sanciones incluye restricciones financieras, congelamiento de activos y prohibiciones de viaje para individuos asociados a estas operaciones. Funcionarios británicos señalaron que la medida se alinea con los esfuerzos de sus aliados para contrarrestar amenazas híbridas que combinan propaganda digital y ciberataques.
Tanto Rusia como China rechazaron las acusaciones, calificándolas de infundadas y de constituir una maniobra política. No obstante, el Reino Unido afirmó que continuará reforzando sus mecanismos de defensa digital y expuso que seguirá respondiendo con firmeza a cualquier intento extranjero de desestabilización. La medida marca un nuevo episodio en las crecientes tensiones entre Londres y estos países en materia de seguridad internacional.



