En la escena del mitin en Chilón, Eduardo Ramírez, representante de Morena y sus aliados para la gubernatura de Chiapas, adoptó el tono solemne de quien se dispone a pronunciar una homilía. Con un gesto de autoridad, solicitó silencio a los presentes, interrumpiendo cualquier distracción que pudiera interferir con su mensaje. Su demanda incluyó la orden de bajar pancartas y banderas que competían por la atención de la multitud, enfocando así la atención en sus palabras.
Sin embargo, la reacción de los aproximadamente 5 mil militantes presentes fue una sorpresa para Ramírez. En lugar de obedecer, respondieron con una estruendosa y unánime rechifla al candidato de Morena y sus aliados en Chiapas, contrastando con las porras que minutos antes le habían dado la bienvenida.
A pesar de este incidente, la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, mantuvo la confianza en la victoria conjunta a 51 días del inicio de las campañas. Durante los mítines en Tila, Chilón y Las Margaritas, anunció proyectos y promesas, destacando el apoyo a los caficultores y productores de maíz para mejorar sus condiciones y precios de venta.
Por su parte, a petición de Sheinbaum, Ramírez reveló planes para la construcción de un tramo carretero de 50 kilómetros entre Palenque y San Cristóbal, con el objetivo de beneficiar a las comunidades indígenas que históricamente habían sido marginadas en la región.
A pesar de las tensiones pasadas y la falta de mención de ciertas demandas locales, como la construcción de un hospital en Guaquitepec, Ramírez, ahora en su papel de candidato, instó a la unidad y la paz durante el proceso electoral, enfatizando la importancia de la fraternidad entre los miembros de la comunidad y el deseo de una victoria contundente para la Presidencia de la República.
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