21 de noviembre de 2024 5:53 pm
OPINIÓN

Inversión: Entre promesas y realidades | Coyuntura económica y algo más

...no basta con atraer la inversión extranjera, se deben fortalecer los mercados internos, mejorar la infraestructura y garantizar la seguridad para todos los ciudadanos. Solo así se podrá crear un entorno propicio para el crecimiento...

Quien diría que la relación entre capital y autoridad se podría resumir en tan bella canción como el Son de la negra…

Macraf

Si la condición necesaria para el desarrollo económico es el crecimiento y, para lograr este último, se requiere de mayor producción de bienes y servicios dentro de la economía, es decir, que el PIB crezca, entonces la inversión es uno de los principales pilares que cualquier país debe privilegiar. Después de todo, sin inversión, no hay empresa; sin empresa, no hay producción; sin producción, no hay crecimiento. En el caso de nuestro país, es una buena noticia que, de enero a junio de este año, según datos de la Secretaría de Economía, se hayan identificado 143 anuncios de Inversión Extranjera Directa.

Estos anuncios se espera que generen una inversión por 45,464 millones de dólares. Los principales países de origen de las inversiones son Estados Unidos (48%), Alemania (15%) y Argentina (10%). China y Francia también han mostrado interés en invertir en México, especialmente en los sectores automotriz y de gas natural. Al mismo tiempo, los sectores con mayor atracción de flujos de inversión son manufacturas (53%), comercio (15%), transporte (11%), medios masivos (11%) y construcción (5%).

Dentro del 53% de los anuncios de inversión destinados al sector manufacturero, destacan las industrias de bebidas (43%), automóviles (16%), autopartes (15%), hierro y acero (11%) y componentes electrónicos (2%). La expectativa de generación de empleos derivados de estos anuncios es de 62,940 nuevos empleos directos. Sin embargo, la economía mexicana requiere alrededor de 100,000 nuevos empleos por mes, lo que significa que, si bien estos anuncios ayudan, aún queda un faltante que debería ser cubierto por el mercado interno.

Entre las entidades federativas con más inversiones están Querétaro (14%), Estado de México (10%), Nuevo León (9%), Puebla (6%) y Coahuila (5%). Esta distribución evidencia, una vez más, que poco o nada se ha hecho por hacer atractivo el sur y sureste mexicano, que al parecer deberá seguir sobreviviendo de las dádivas del gobierno en turno.

¿Cuál es el problema? Muy sencillo: solo son anuncios. Es decir, tienen la intención y la buena voluntad, pero no significa que estas inversiones se materialicen de inmediato, sino que se espera que ocurran en los próximos años. Esto significa que podrían no concretarse, o podrían aumentar, todo depende de la situación de quienes desean invertir.

Nada está seguro; es solo una posibilidad que, de nuestro lado, depende de que el gobierno en turno proporcione a los dueños del capital la certeza económica y jurídica de que su inversión estará en un buen lugar, una situación que no ha logrado «cuajar» del todo. Esto se evidencia al analizar que, de los 20,313 millones de dólares de IED de enero a marzo de 2024, 98.6 millones de dólares (0.5%) están distribuidos en cuentas entre compañías, 599 millones de dólares (2.94%) son nuevas inversiones y 19,615 millones de dólares (96.56%) son reinversiones de utilidades.

No estamos logrando captar más; simplemente estamos reteniendo lo que ya existe, una situación que, si bien genera empleo y crecimiento, no es suficiente para aspirar a mejorar la situación actual.

La inversión extranjera directa es crucial para el desarrollo económico, aunque por supuesto que, pero no puede ser el único motor. Se necesita una política clara y efectiva que fomente la inversión tanto interna como externa. Para que el país realmente avance, es trabajo entonces del próximo gobierno, asegurar un entorno estable y confiable para los inversionistas, lo que implica no solo políticas económicas coherentes sino también seguridad jurídica y física, puntos en los cuales el gobierno del hijo predilecto de Macuspana falló rotundamente.

Así mismo, hay que tener claro que no basta con atraer la inversión extranjera, se deben fortalecer los mercados internos, mejorar la infraestructura y garantizar la seguridad para todos los ciudadanos. Solo así se podrá crear un entorno propicio para el crecimiento económico sostenido y el desarrollo integral del país, cuestión que como he dicho en otras ocasiones se resume en una frase: Estado de Derecho.

En buen cristiano, no por existir muchos anuncios de inversión podemos cantar victoria, son un buen indicio, pero no son definitivos. Si el gobierno y el sector privado no trabajan juntos para convertir esas promesas en realidades concretas, la idea de un desarrollo económico verdadero y duradero, se quedará ahí, en un sueño.

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