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A dos meses del día de la elección, Donald Trump enfrenta una situación inédita en esta campaña: se encuentra en un empate virtual con Kamala Harris, por lo que la estrategia que siga en cada uno de los estados bisagra – Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pennsylvania y Wisconsin – y su desempeño en el debate del próximo martes 10 serán claves para determinar al triunfador. Además, habrá que ver cómo toman los votantes la sentencia anunciada para el miércoles 18, luego de que fue hallado culpable por haber falsificado documentos para encubrir el pago de 130,000 dólares a la actriz Stormy Daniels durante la campaña del 2016.
El apoyo que ha logrado Kamala en poco más de un mes no tiene precedentes – sobre todo cuando ha definido su postura sobre unos cuantos temas – lo que explica la actitud cada vez más agresiva de Trump hacia la vicepresidenta. La mayoría del electorado, en particular el 19% que se declara como indeciso, votará de acuerdo a la plataforma de cada candidato. Además de que esta será una de las elecciones más cerradas en la historia de Estados Unidos, será una en la que el voto se definirá en un alto porcentaje en términos de género, por lo que ambos candidatos han iniciado estrategias dirigidas a los que consideran son los públicos clave que les pueden apoyar, sobre todo en los estados bisagra.
La campaña de Kamala ha identificado a cinco grupos a los que dirigirá sus esfuerzos. En primer lugar están las mujeres, que ha sido uno de los dos grupos que tuvo una mayor respuesta cuando Biden anunció que dejaba la candidatura. El segundo es el de quienes completaron al menos un año de educación universitaria y que se considera pueden brindar un voto razonado, más allá de la personalidad del candidato.
Los jóvenes de ambos sexos, sobre todo aquellos que votan por primera vez, se consideran uno de los grupos más difíciles de ganar para ambos candidatos, pero que representan la mayoría de los quienes aún no han decidido su voto. En cuarto lugar están los independientes, sobre todo de los estados bisagra, y para Harris Pennsylvania, Michigan y Wisconsin son la prioridad, seguidos de Nevada y Arizona. Y finalmente está la clase media afroamericana, quien parece no estar convencida de que Kamala sea la mejor opción. A nivel nacional, Trump sigue siendo la opción preferida al preguntar a la gente por el candidato con las mejores calificaciones para guiar la economía.
Por su parte, Trump enfocará sus baterías hacia la población masculina. El grupo más importante es el de aquellos entre 24 y 35 años, la llamada generación Z, y para quienes resulta una persona relativamente conocida a partir de su programa The Apprentice (2004-15). Después están las personas que terminaron la preparatoria y no asistieron a la universidad, quienes forman hoy uno de los pilares de sus seguidores, aquellos que aceptan ciegamente todo lo que dice. Aquí es donde el gobernador Walz puede funcionar como un contrapeso en favor de Kamala.
Siguen los hombres afroamericanos, entre quienes hay un porcentaje muy importante que considera que Kamala no tiene los conocimientos ni la experiencia necesaria para conducir al país. El cuarto grupo son los latinos, sobre todo los de los estados del sur y de la frontera, quienes consideran que el partido demócrata los ha ignorado en las últimas tres décadas, lo que explica en buena medida la caída en el voto latino por los candidatos demócratas y que el 31% de estos votara por Trump en el 2020. Y por último, los latinos que se consideran religiosos, sobre todo en Arizona y Pennsylvania, estados en los que representan alrededor del 15% del electorado y que pueden ayudar a definir ambos estados.
Así, se anticipa que el debate del próximo miércoles en Filadelfia será uno de los más importantes en la historia política de Estados Unidos, pudiendo ser el único entre Trump y Kamala. El equipo de Kamala aceptó que el micrófono de cada candidato funcione sólo cuando le toque participar, de la misma manera que en el debate entre Trump y Biden. Harris quería que los micrófonos estuvieran siempre abiertos para provocar a Trump y hacerlo ver mal.
Sin embargo y sin importar quien gane en noviembre, la relación del próximo gobierno de Estados Unidos con México será por demás difícil, tanto por el control de la frontera como por las reformas que promueve López Obrador y que pueden descarrilar al TMEC. Hasta el día de hoy, Claudia Sheinbaum no ha mandado alguna señal que su gobierno será diferente del actual.
