El primer ministro de Canadá, Mark Carney, advirtió que su país modificará los aranceles del 25% que actualmente aplica al acero y aluminio procedentes de Estados Unidos, como respuesta a la decisión de Washington de duplicar sus impuestos a estos metales. Este ajuste se hará efectivo el 21 de julio, si en el plazo de un mes no se logra un nuevo acuerdo bilateral.
Durante una conferencia de prensa en Ottawa, Carney detalló que se implementarán medidas adicionales para proteger a las industrias canadienses afectadas, incluyendo reglas de compras públicas que den prioridad a proveedores locales y acciones contra prácticas de dumping. Canadá, principal exportador de acero y aluminio a Estados Unidos, busca evitar mayores daños a su economía.
El incremento de los aranceles estadounidenses al 50% fue calificado por Carney como “ilegal” y “sin justificación”. Para contrarrestar esta situación, ambos gobiernos iniciaron conversaciones intensivas para redefinir sus lazos comerciales y poner fin a la escalada de tarifas.
Durante la última cumbre del G7 celebrada en Canadá, líderes mundiales presionaron al presidente Donald Trump para detener su política proteccionista. Tras una reunión bilateral, se acordó abrir una ventana de 30 días para llegar a un entendimiento que, según Carney, permitiría estabilizar las relaciones y garantizar el acceso de empresas canadienses al mercado estadounidense.
Según cifras oficiales de Estados Unidos, Canadá exportó el año pasado 5.95 millones de toneladas de acero y 3.15 millones de toneladas de aluminio, volúmenes que hoy se encuentran en riesgo por la guerra arancelaria en curso.