Este jueves, el Congreso de Brasil vivió un motín parlamentario cuando varios partidos aliados al presidente Luiz Inácio Lula da Silva se unieron en Cámara y Senado para revertir una propuesta de incremento de impuestos diseñada para financiar programas sociales. La medida fue anulada a pesar de contar inicialmente con apoyo gubernamental, evidenciando tensiones internas en la coalición de centroizquierda.
Analistas señalan que la revocación del alza fiscal responde a la presión de líderes empresariales y electores, preocupados por el impacto en la actividad económica en un contexto de desaceleración global . La decisión añade complejidad al plan de Lula para expandir programas de salud y educación, que requerían recursos frescos para su implementación.
Dirigentes de los partidos que voltearon la propuesta justificaron su postura aludiendo a la necesidad de consensos más amplios y al riesgo de aumentar la carga tributaria en un momento de inflación elevada y descontento ciudadano. El líder del Senado afirmó que el Ejecutivo deberá presentar una alternativa que considere este contexto antes de volver a someter el proyecto.
La reacción del mercado fue mixta: el real brasileño recuperó terreno frente al dólar tras el anuncio, mientras que los bonos gubernamentales a diez años mostraron una ligera baja en sus rendimientos, lo que refleja cierta alivio sobre el posible impacto de un mayor endeudamiento público.