El proceso judicial contra el rapero y productor Sean «Diddy» Combs dio un giro este martes, luego de que el jurado lograra un veredicto parcial en su contra. Mientras que se pronunciaron sobre cuatro de los cinco cargos presentados, no lograron llegar a un acuerdo sobre el más grave: asociación ilícita, por el que podría enfrentar cadena perpetua. Ante esto, el juez Arun Subramanian ordenó continuar con las deliberaciones al día siguiente.
El cargo de asociación ilícita acusa a Combs de liderar una red criminal que obligaba a mujeres a participar en actos sexuales organizados. A esto se suman otros cargos por tráfico sexual y transporte con fines de prostitución, que también forman parte del juicio iniciado tras una ola de denuncias que comenzaron con la demanda de su exnovia Casandra «Cassie» Ventura. Aunque este caso fue resuelto fuera de tribunales, abrió paso a otras acciones legales y, finalmente, al proceso penal actual.
Durante el juicio, que se extendió por siete semanas, se presentaron pruebas contundentes, incluyendo testimonios gráficos, registros financieros, videos y audios. La fiscalía retrató a Combs como el centro de una organización basada en el abuso de poder, que incluía delitos como tráfico sexual, distribución de drogas y manipulación de testigos. Sin embargo, la defensa rechazó esta narrativa, asegurando que no hay pruebas directas ni testigos clave que vinculen a Combs con los supuestos cómplices.
Los fiscales, encabezados por Maurene Comey, insistieron en que el acusado se sentía «intocable» y que abusó de su posición durante años. “El acusado no es un dios”, declaró Comey ante el jurado, subrayando que las víctimas finalmente rompieron el silencio. Por su parte, Combs se ha declarado inocente y decidió no testificar, amparado en su derecho a no autoincriminarse.