Este domingo, la UNESCO anunció la inscripción del Parque Nacional Cavernas do Peruaçu, ubicado en el norte del estado brasileño de Minas Gerais, en la Lista del Patrimonio Mundial. Este reconocimiento se basa en su excepcional valor geológico y cultural, considerándolo un testimonio destacado de las principales etapas de la evolución de la Tierra.
El parque, que abarca aproximadamente 56,500 hectáreas, es hogar de cañones profundos, cuevas colosales —algunas de hasta seis kilómetros de longitud— y una gran riqueza ecológica. Según la UNESCO, se trata de una zona en la que convergen tres biomas fundamentales del país: el Cerrado, la Caatinga y el Bosque Atlántico. Esto ha permitido el desarrollo de una biodiversidad única con más de 2,000 especies, muchas de ellas en peligro de extinción.
Además de su riqueza natural, Peruaçu es un sitio clave para entender la presencia humana en la región. El valle ha estado habitado por más de 12,000 años y conserva abundantes manifestaciones de arte rupestre en sus cavernas. Las pinturas revelan una evolución en los modos de vida, desde la caza hasta el cultivo de productos como maíz, tabaco y algodón, confirmando su importancia arqueológica.
El Instituto Chico Mendes de Conservación de Biodiversidad (ICMBio) indicó que el nombre “Peruaçu” proviene del pueblo indígena xacriabá y significa “hueco grande”, aludiendo a las enormes formaciones de piedra caliza que caracterizan el parque. Este sitio se suma a la lista de candidaturas aprobadas este año en la sesión del Comité del Patrimonio Mundial en París, junto a otras joyas naturales y culturales del planeta.
