Volkswagen de México anunció un paro técnico de dos semanas en su planta de Puebla como parte de sus ajustes de producción de verano. Esta medida, programada del 22 de julio al 4 de agosto, afectará directamente a cerca de 2,000 trabajadores del Segmento 1, donde se ensambla el modelo Tiguan.
La empresa explicó que la suspensión temporal obedece a causas operativas y al calendario estacional. Sin embargo, los sindicatos advierten sobre el impacto económico en los trabajadores, quienes solo recibirán el 50% de su salario durante este período, conforme al contrato colectivo vigente.
Este tipo de paros no es nuevo para la planta alemana en México, pero se da en un contexto de ajustes globales en la industria automotriz, donde la demanda y la reorganización de cadenas de suministro influyen en los niveles de producción. A pesar de tratarse de una práctica legal y acordada con el sindicato, preocupa el efecto acumulativo en el poder adquisitivo de los empleados y la estabilidad de las operaciones manufactureras en la región.
Organizaciones laborales han hecho un llamado para que se consideren alternativas más equitativas en el manejo de estos paros, especialmente cuando las condiciones económicas del país siguen siendo frágiles.