En un esfuerzo por detener la reciente escalada de violencia, los gobiernos de Camboya y Tailandia pactaron este lunes un alto el fuego inmediato y sin condiciones. Este acuerdo llega tras cinco días de enfrentamientos armados en su frontera común, que provocaron al menos 36 muertes y forzaron a más de 278,000 personas a huir de la zona del conflicto. La tensión entre ambos países se remonta a viejas disputas limítrofes heredadas de la época colonial francesa, pero no se había registrado una crisis de esta magnitud desde 2011.
El anuncio fue hecho en Putrajaya, capital administrativa de Malasia, donde el primer ministro malasio Anwar Ibrahim lideró las negociaciones. El acuerdo entrará en vigor a la medianoche del 28 de julio. Junto a él, el primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, y el primer ministro camboyano, Hun Manet, calificaron el pacto como un paso esencial hacia la paz y la estabilidad en la región. Sin embargo, mientras los líderes hablaban, periodistas reportaron disparos en las cercanías de Samraong, al noroeste de Camboya.
Ambas naciones se culparon mutuamente del inicio de las hostilidades. Mientras Camboya acusó a Tailandia de invadir con artillería pesada, el ejército tailandés denunció la presencia de francotiradores camboyanos en zonas sagradas en disputa. La tensión en la zona rural, que es hogar de comunidades agrícolas y templos antiguos, obligó a miles a abandonar sus hogares. El conflicto se intensificó tras la muerte de un soldado camboyano en mayo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intervino el pasado sábado llamando a una tregua y amenazando con suspender negociaciones comerciales si la violencia continuaba. Residentes locales celebraron la noticia del alto el fuego. “Esto permitirá que la gente regrese a sus casas y que los niños vuelvan a la escuela. Por favor, detengan los combates”, expresó Soeung Chhivling, una comerciante camboyana cercana a la frontera. Pese al acuerdo, la comunidad internacional mantiene la atención puesta en el cumplimiento del cese al fuego y en el desarrollo de futuras conversaciones bilaterales.