La Secretaría de Economía promueve la edición 2025 de El Buen Fin como una herramienta estratégica para reactivar el consumo y apuntalar la producción nacional. De acuerdo con funcionarios de la dependencia, esta campaña comercial no implicará cerrar las puertas a las importaciones; más bien, busca posicionar productos con mayor contenido nacional como opciones competitivas.
Según el anuncio, la dependencia federal busca estrechar vínculos con empresas para elevar la proporción de insumos y manufactura mexicana en bienes finales. Sectores como el textil, calzado, juguetes y electrodomésticos fueron citados como industrias con potencial para beneficiarse directamente del impulso. Además, la iniciativa se inscribe en un esfuerzo más amplio de fortalecer la demanda interna en un contexto de crecimiento económico moderado.
Una pieza complementaria de esta estrategia es el compromiso de cadenas comerciales: Liverpool, por ejemplo, ratificó su apuesta por el sello “Hecho en México”, señalando que la cooperación con proveedores locales favorece empleo, formalidad e innovación. También se espera que la escala de El Buen Fin ayude a aumentar la eficiencia logística, estimular plataformas digitales de ventas y reducir importaciones prescindibles.
Sin embargo, el desafío es doble: competir con productos importados de bajo costo y garantizar que las condiciones para producir en México —costos energéticos, regulaciones, eficiencia productiva— permitan sostener la demanda que la estrategia pretende generar. La efectividad de esta apuesta dependerá de que los incentivos al consumo no queden aislados de medidas de política industrial y un entorno regulatorio que favorezca al productor local.