El pleno del TEPJF sesionó este jueves en lo que será la última sesión pública bajo la presidencia de Mónica Soto Fregoso y con el pleno completo de siete magistrados, tras anunciarse la renuncia de Janine Otálora Malassis.
Según Soto Fregoso, ya no habrá otra sesión con la integración completa del tribunal hasta que el Senado designe a los dos nuevos magistrados que faltan. Esto implica que el órgano jurisdiccional, encargado de arbitrar controversias electorales de alto impacto, quedará temporalmente operativo con vacancias.
Desde una perspectiva crítica, este escenario plantea dos riesgos importantes:
- En un contexto electoral donde la certeza institucional es clave, operar con vacantes puede reducir la capacidad del tribunal para sesionar de manera eficiente y podría afectar la validez de las decisiones que requieren quórum pleno.
- La demora en nombramientos no resuena sólo como asunto interno, sino como señal pública de debilidad institucional en un momento en el que la credibilidad del sistema electoral y de justicia especializada requiere estabilidad y transparencia.
En conclusión, la salida de magistradas y la falta inmediata de sustitutos coloca al TEPJF en una coyuntura de fragilidad institucional, donde la institucionalidad electoral depende de que el Senado actúe con rapidez y apegado a criterios técnicos y de independencia.







