La farmacéutica Pfizer culminó la adquisición de la empresa biotecnológica Metsera, que desarrolla terapias contra la obesidad y enfermedades cardiometabólicas. La operación, disputada ante una amplia oferta de Novo Nordisk, se valoró en hasta $86.25 por acción de Metsera —$65.60 en efectivo más hasta $20.65 ligados a hitos clínicos—, lo que eleva el monto máximo de la transacción a unos 10 000 millones de dólares.
Metsera aporta un portafolio centrado en terapias de última generación: entre ellas, el candidato inyectable mensual MET-097i (agonista GLP-1) y MET-233i (análoga de amilina), así como propuestas orales en fase inicial. Esta adquisición marca la reentrada de Pfizer al sector de pérdida de peso tras descontinuar sus propios desarrollos internos debido a preocupaciones de seguridad.
- El movimiento posiciona a Pfizer en un mercado de alto crecimiento —los tratamientos contra la obesidad se estiman alcanzar decenas de miles de millones de dólares anualmente—, lo que permite diversificar su cartera ante vencimientos de patente.
- A pesar del optimismo, el éxito depende de que los fármacos de Metsera logren ensayos clínicos positivos, aprobación regulatoria y adopción comercial; los riesgos de desarrollo siguen siendo significativos.
- Además, la competencia es intensa: Lilly, Novo Nordisk y otras firmas están invirtiendo agresivamente en el segmento, lo que desafía la ventaja competitiva de Pfizer.
- Por último, desde la perspectiva ética y de salud pública, surge el dilema de cómo se asegurará el acceso asequiblea dichos tratamientos y si su impacto beneficiará globalmente, no sólo en mercados premium.






