La Selección Italiana obtuvo una victoria obligada ante Moldavia, pero insuficiente para mantener vivas sus aspiraciones de clasificar directamente al Mundial 2026. A pesar de dominar abrumadoramente —23 remates y control total del partido—, el equipo de Gennaro Gattuso volvió a exhibir su problema crónico: la falta de contundencia.
El gol tardó 87 minutos en llegar, cuando Gianluca Mancini conectó un cabezazo que rompió un cero desesperante. Francesco Esposito cerró el marcador en el agregado, coronando una actuación que debió resolverse mucho antes, considerando que Moldavia venía de sufrir una humillación histórica de 11-1 ante Noruega.
Aunque Italia suma cinco victorias consecutivas, el escenario es adverso. El equipo necesita golear por nueve goles a Noruega en la última jornada para intentar arrebatar el pase directo. Todo indica que la Azzurra enfrentará su tercera repesca consecutiva, un golpe duro para una selección que no juega un Mundial desde 2014.
El contraste entre dominio y falta de eficacia alimenta la preocupación sobre un proyecto que avanza en resultados, pero no en contundencia ofensiva.







