El Samsung Galaxy S25 Edge se posiciona como uno de los smartphones más delgados del mercado: apenas 5.8 mm de grosor y 163 gramos de peso. Aun así, mantiene un panel Dynamic AMOLED 2X de 6.7 pulgadas con resolución QHD+, tasa de refresco variable de 1 a 120 Hz, HDR10+ y ajustes inteligentes de brillo.
Por dentro, incorpora el Snapdragon 8 Elite para Galaxy de 3 nm, 12 GB de RAM y almacenamiento UFS 4.0 de 256 o 512 GB, acompañado de One UI 7 sobre Android 15 y la promesa de siete años de actualizaciones de sistema y seguridad, un compromiso poco común incluso en la gama alta.
En fotografía, el S25 Edge apuesta por un sensor principal de 200 megapixeles con estabilización óptica y zoom 2x en sensor, un ultra gran angular de 12 MP y una cámara frontal de 12 MP con autoenfoque Dual Pixel y Super HDR. La batería de 3,900 mAh, con carga cableada de 25W e inalámbrica de 15W, parece el punto más discutible en un dispositivo tan potente y delgado.
El precio oficial arranca en 28,999 pesos, aunque ya se observan rebajas importantes en tiendas como Amazon, Mercado Libre o grandes cadenas de retail. El equipo ofrece casi todo lo que un usuario exigente podría pedir… salvo un costo accesible. Entre la competencia feroz de otras marcas chinas y las rebajas constantes, Samsung se ve obligada a justificar cada peso con diseño, ecosistema y soporte a largo plazo.







