Nada más intenso que el terror de perder la identidad.
Alejandra Pizarnik
Por Carlos Chávez Paz
Desde hace mucho tiempo aprendimos de las películas de ciencia ficción el término “clonación”, que según la RAE significa: “Técnica que tiene como finalidad generar copias idénticas de ADN”.
Sin embargo, la clonación no es exclusiva del ADN. En los sistemas informáticos, la clonación se le conoce como copia o “piratería”. Muchas personas lo ha experimentado en carne propia, cuando le clonan o copian una tarjeta de crédito o débito para realizar diversas compras. Hoy en día para esta artimaña los bancos han mejorado su sistema de protección a usuarios y han implementado diferentes medidas de seguridad, desde la firma con NIP, las alertas vía SMS o mensaje vía email, estos últimos fáciles de consultar desde los dispositivos móviles.
Pero por desgracia hay una situación más complicada que la clonación de una tarjeta, ¿se imagina que alguien se haga pasar por usted frente a otras personas o por medio de internet para obtener un beneficio o algún bien?
Según datos de la CONDUCEF, México ocupa el octavo lugar a nivel mundial en el robo de identidad, 67% de los casos es por la pérdida de documentos, robos de carteras y por información obtenida de una tarjeta bancaria
Pero, ¿Qué pasa cuando alguien intenta clonar tu identidad o robarla? Comúnmente, la utilizan para abrir créditos bancarios, líneas telefónicas con equipos nuevos, o para realizar compras por el monto total del crédito en un solo día de preferencia, ya que el afectado no se dará cuenta de la estafa hasta muchos meses después.
¿Qué debo hacer en estos casos? Primero, se deben revisar que los datos que compartimos en redes sociales no sean tan explícitos. Segundo, todas nuestras tarjetas deben de contar con el servicio de alerta de compra, es gratuito en algunos bancos. Tercero, pedir por lo menos una vez al año un reporte al buró de crédito, para revisar que las cuentas o créditos que ahí se mencionen sean las correctas. Cuarto, pida sus estados de cuenta cifrados por correo electrónico, además de ayudar a la ecología, sólo usted será capaz de abrirlos con su contraseña personalizada.
Finalmente, si ya fue víctima de este delito, le propongo estos consejos:
- Tomar todas las evidencias posibles, no escatime en este punto, tome fotos de pantalla, descargue documentos bancarios y reuna los bouchers de sus últimas compas
- Simpre tenga su identificación a la mano
- Levante un acta ante el ministerio público, esto le ayudará a prevenir repercusiones legales
- Acuda a la institución bancaria donde emitieron el crédito para colocar una queja
- Si necesita más ayuda acérquese a la CONDUCEF al número 5340.0999 o bien al portal: https://phpapps.condusef.gob.mx/fraudes_financieros/index.php
Créame que si es posible recuperar su tranquilidad.
