(Audio por: Pablo Ureña Gutiérrez)
Por Juan Araque Contreras
Hace ya más de 50 años que leí un libro de un autor tal vez desconocido para muchos, “La tercera Ola” escrito por Alvin Toffler, en que el tema principal era explosión demográfica y el avance de la tecnología que no coincidían con ese incremento.
Ante este planteamiento, el autor señalaba que era necesario que la inventiva del hombre colaborara a solucionar este problema, sobre todo el de la comunicación, implícito en este último. Señalaba como una especie de predicción sobre dicho avance, que al paso del tiempo el hombre requeriría de instrumentos que facilitaran una solución al problema, reflexionando que en unos 25 años (“Los Límites del Crecimiento”) la capacidad intelectual del hombre podría colaborar a dicha solución y es así que en 1982 se inventó y comercializó la primera laptop, que resolvió en parte el problema cuando menos en lo que se refiere a la comunicación, porque esta fue portátil, permitiéndole prescindir de un lugar específico para trabajar como era la oficina o despacho, para desarrollar sus actividades laborales, y en el caso de los estudiantes poder atender sus estudios en línea también denominada a distancia.
Curiosamente, en la actualidad como es de todos sabido, nuestro país y la mayoría de los países se encuentran sometidos a una pandemia en la que han fallecido miles de nuestros semejantes por el llamado Corona-Virus en sus diferentes variantes, en el entendido de que los grandes laboratorios de Europa y Estados Unidos al igual que China, se encuentran trabajando a marchas forzadas para lograr la fórmula que ayude a curar o menguar los efectos de dicho virus que tanto daño físico, moral y económico ha causado en todo el planeta.
Cabe señalar que no voy a describir las propuestas de Alvin Tofller porque no es el tema central del presente ya que debería de llevarse a cabo un análisis muy extenso que no es la idea en estas líneas.
De regreso al tema de las computadoras y su relación con el problema epidemiológico que, conlleva al de carácter médico para la adquisición de medicamentos y enseres para la atención urgente de la pandemia (coronavirus) siendo el problema principal y de mayor demanda, encontrar una vacuna que ayude a erradicar el virus y el tiempo apremia en el entendido de que no se cuenta además con la información veraz.
Los centros de salud a nivel nacional e internacional, públicos o privados atienden con los recursos que tienen disponibles y que por supuesto no son muchos, a la ciudadanía que en ocasiones no participa de la mejor manera con las medidas que el gobierno recomienda y que es indispensable tomar en cuenta, es decir, la solución no se encuentra nada más en esa disposición gubernamental sino también en la participación de la sociedad en general.
Ahora bien, dicen que entre los males el menor, una solución a los problemas del contagio ha sido el confinamiento y con ello, ha surgido una nueva forma de entender las relaciones, el trabajo a distancia, lo que se logra con el uso de las computadoras y que se ha hecho extensivo a la educación en los distintos niveles con la obligación del gobierno tanto de proporcionar a los medios educativos como a las escuelas públicas y las particulares, de instrumentar la infraestructura necesaria para continuar con los estudios del sistema nacional de educación para no caer en retrasos que perjudiquen al desarrollo educativo y porque no decirlo al económico que retrasa el crecimiento y el desarrollo de las distintas actividades para reactivar la economía nacional.
El caso es abordar la coincidencia de ambos problemas con características, si bien distintas coinciden con las medidas que través de los medios electrónicos se puede lograr con el uso de la computadora que permita evitar el contagio promocionando SUSANA DISTANCIA y por ello es indispensable no correr riesgos y evitar en la medida de lo posible acudir a los centros de concentración de la población como son como las instituciones bancarias, las plazas comerciales, las reuniones familiares hasta donde la prudencia lo permita, en efecto, deseamos estar en contacto con nuestra familia como en tiempos normales pero para desgracia no es este el momento adecuado ni conveniente, sencillamente no puede suceder y habrá que esperar el tiempo que sea necesario (semáforos).
En lo que se refiere a la educación con la correspondiente transmisión de conocimientos, su servidor y amigo tiene una teoría que tal vez a la mayoría de la gente no le agrade pero que a través de este medio deseo hacer una entrega nostálgica e irreverente sobre la forma de educar a nuestros educandos y me voy a referir a la(s) laptop y a las tabletas, incluso a los celulares que utilizan estos últimos al asistir a las sesiones de clase y que con cierta frecuencia se aplican en otros menesteres menos en las clases que se imparten en el aula siendo entonces distractores y no medios de recibir la cátedra del maestro que de manera loable hace un esfuerzo por cumplir con su misión educativa.
Este últímisimo (así en grado adjetivo calificativo superlativo) proceso de educación tiene, entre otras, algunas ventajas y desventajas como enseguida las mencionaré: estimo que la principal ventaja es que se transmiten conocimientos de todo tipo a una velocidad impresionante a cualquier distancia contando desde luego con internet, que luego falla, por no ser infalible como todo y se suspende la señal por causas ajenas al usuario. Sin embargo, contiene una cantidad inconmensurable de información que, a veces me ha tocado ver que no está actualizada, pero eso es lo de menos hay sistemas o plataformas que sustituyen esa falla y adelante caminante; permite investigar con toda rapidez datos referenciales del pasado de cualquier tipo de materias; al igual que guardar en archivos lo más útil con todos los beneficios que esto trae consigo.
Desde luego con lo escrito se han de haber percatado que me quedo corto, y llego a la conclusión que estoy super atrasado en mi método de enseñanza-aprendizaje, por lo que prefiero el antigüito que es el presencial (55 años de impartir clase) y la respuesta es que suena imposible por la razón ya señalada.
Sin embargo, en otro tipo de condiciones he logrado captar la atención de cientos de alumnos de preparatoria y nivel superior, y mal que bien, me he desenvuelvo con soltura al parecer, modestia aparte, y creo que no lo he hecho tan mal, y que en sí, es ya una gran satisfacción porque al fin y al cabo tengo un método, lo malo sería no tenerlo.
No voy a seguir aburriéndolos con este tipo de temas personales como en algunos casos lo hacen famosos escritores como Ángeles Mastretta, (Mujeres de Ojos Grandes), Gabriel García Márquez, (Cien años de Soledad), Julia Navarro (No matarás) a los que no les llego ni a los talones pero que luego se descosen con la narración de estos hechos de experiencias y anécdotas propias. También escribo el presente para cambiar de ideas y dejar en paz a “ya saben quién” que sigue haciendo de las suyas con sus estrategias dignas de un gobernante venezolano de cuyo nombre no quiero acordarme pero que maneja temas de gobernabilidad de manera semejante.
Si lo leen, gracias y si no lo leen pues también, gracias, ABUR
