Por Arturo Damm Arnal
Para frenar en las elecciones intermedias del 2021, y eliminar en las presidenciales del 2024, a la 4T y a AMLO, necesitamos no solo oposiciones sino opciones a favor, no de alguien (mesianismo), sino de algo (valores, principios, ideales). Propongo los siguientes: libertad individual, propiedad privada, responsabilidad personal.
La libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal son los tres pilares del liberalismo, que no es una ideología, una idea preconcebida de cómo debe organizarse la sociedad, y por lo tanto de cómo debe comportarse la persona, sino un principio: “Respetando los derechos de los demás haz lo que quieras”, principio que recuerda la máxima de San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. Lo único que debe prohibírsele a la persona es violar los derechos de los demás. Por lo único por lo que se le debe castigar es por haberlos violado.
Libertad individual, propiedad privada, responsabilidad personal. Liberalismo. ¿Qué probabilidades de éxito tendría un candidato a un puesto de elección popular que armara su campaña electoral en función de estos tres valores, prometiéndoles a los electores que, de ganar, se limitará a prohibir la violación de derechos; a prevenir, hasta donde le resulte humanamente posible, dichas violaciones y, de fallar, a castigar al violador y obligarlo, en los casos en los que se pueda, a resarcir a la víctima, aclarándole al electorado que la lucha a favor de todos los otros bienes, desde la cuna hasta la tumba, y todo lo intermedio, y en contra de todos los otros males, desde el hambre, la ignorancia, la enfermedad, el vicio, etc., es responsabilidad de cada quien, por lo que, de llegar al poder, será solo gobierno, no ángel de la guarda, con la intención de protegerlos de todos los males, tampoco hada madrina, con el propósito de concederles todos los bienes? Tal candidato, ¿tendría alguna probabilidad de ganar? No, lo cual quiere decir que el liberalismo, el verdadero, no la entelequia llamada neoliberalismo, no tiene, al menos no a corto y mediano plazo, la más mínima probabilidad.
Si lo anterior es verdad entonces hay que buscar, cara a las elecciones de 2021 y 2024, la segunda mejor opción a la 4T y a AMLO. El problema es que puede haber tantas “segundas mejores opciones” como personas consideren el asunto, sin olvidar que la mayoría, inclusive entre quienes se consideran liberales, no considera que la mejor opción sea aquella a favor de la libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal, opción que supone que el gobierno sea solo eso, gobierno, no ángel de la guarda, no hada madrina. Hoy la mayoría de la gente espera que el gobierno sea, inclusive antes que gobierno, ángel de la guarda y hada madrina. Espera que, antes que garantizar derechos, satisfaga necesidades y defienda intereses, comenzando por el interés, de muchos, de que el gobierno les satisfaga necesidades. AMLO y la 4T son ejemplo de ello.
Más allá de las oposiciones que ya hay, y de las que puedan surgir, ¿cuál es la opción viable para 2021 y 2024? ¿Cuál debe ser? La que esté a favor de libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal.
