Por José Saad Canales
En la más reciente reunión de, la Junta de la Federación Internacional de Consejos de Arte y Agencias Culturales (FICAAC), de la cual México es parte del Consejo de Administración a través de Pablo Raphael de la Madrid (Director General de Promoción Cultural y Festivales en la Secretaría de Cultura), se presentó a los miembros un informe sobre cuestiones de actualidad en el sector de las artes.
El informe preparado por consultores de la Federación, reflejaba entrevistas con líderes de 47 consejos miembros en todos los continentes. Centró sus evaluaciones en los problemas y retos a los que se enfrentaban los sectores de las artes y la cultura de sus respectivos países y los de otras partes del mundo, y en sus expectativas respecto al próximo plan estratégico de la FICAAC para 2021-2026. Casi la totalidad de los entrevistados (nueve de cada diez) identificaron los mismos grandes desafíos para los próximos dos años: la medida en que el sector de las artes cambiará, declinará o colapsará parcialmente y la posibilidad de que sus organizaciones y departamentos no puedan contribuir eficazmente a abordar los problemas del sector artístico.
Otros problemas que se identificaron fueron: la disminución del turismo y las giras internacionales, la incertidumbre en torno a la financiación pública, la transformación digital, el acceso y la inclusión y la condición de los artistas, son los principales desafíos que los líderes culturales de todo el mundo ven en este momento.
Debido al diferente contexto económico, político y social de cada país, es extremadamente raro que exista un consenso internacional sobre los desafíos y cuestiones. Por supuesto, la pandemia ha obligado al mundo a enfrentarse a cuestiones similares en el mismo período de tiempo y ha roto el impulso de los sectores de las artes, la cultura y las industrias creativas en todas partes. Si bien la pandemia ha puesto de relieve en gran medida las desigualdades, también ha creado una oportunidad única para compartir preocupaciones, conocimientos e información con miras a hacer frente a los desafíos de la reconstrucción de un sector de actividad que es esencial para la economía, la integración social, la construcción de la identidad y la influencia regional e internacional.
Esta doble observación sobre la viabilidad comprometida del sector y la posible insuficiencia de los recursos humanos y financieros de los financiadores de las artes es preocupante. Casi todos los países del mundo están actualmente inmersos en la reflexión y los debates sobre cómo salir de la crisis a muy corto plazo. El pensamiento estratégico a largo plazo se está volviendo difícil ante la urgencia, el desorden y los llamados de ayuda.
Si no conseguimos salir de nuestra vida cotidiana y mirar el panorama mucho más amplio, corremos el riesgo de vernos arrastrados al colapso de los sectores artísticos que ha costado décadas construir. Cada uno de nosotros en nuestros propios países puede reivindicar logros en el desarrollo del sector de las artes, pero también debemos reconocer la responsabilidad de perpetuar ciertos problemas que actualmente socavan su legitimidad, pertinencia social y sostenibilidad.
La necesidad de reconstruir el sector exige una revisión de las políticas culturales y los marcos normativos, en particular en lo que respecta a la esfera digital. También requiere que se produzca una transformación importante en el liderazgo, la gobernanza, las orientaciones, las prioridades y la distribución de los recursos humanos y financieros de los organismos públicos de financiación y desarrollo. Sin duda, algunos dudarán y se resistirán, pero también veremos grandes avances.
