16 de junio de 2025 2:35 pm
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OPINIÓN

En Campaña con el Metro

Antes de atender la situación y responder como un mandatario debería de responder, el tabasqueño ya se había lanzado contra la prensa. Que no pase eso desapercibido, no fue solo que AMLO se tardara en atender el tema...

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Jaime Tbeili Benpalti

Sí, voy a hablar del metro. Probablemente todos vayan a hablar de esto en los próximos días, pero no quiero desviar la atención. Lo que pasó fue grave.

Mientras estoy escribiendo esto se cumplen aproximadamente 24 horas del “accidente”. Primero que nada, dejemos de llamarle accidente. Hayamos o no encontrado algún culpable definitivo, la línea 12 del metro de la Ciudad de México en ningún momento fue un proyecto rodeado de inocencias y buenas intenciones. Algo estaba mal desde el día uno, pero no me quiero meter a hablar directamente de eso.

De lo que sí quiero hablar es de la reacción de dos personajes. Antes que nadie, claro, la del presidente.

La mañanera del 4 de mayo, apenas unas horas después de la tragedia fue otra tragedia en sí misma. En algún momento el presidente se dedicó simplemente a atacar a los medios de comunicación, diciendo que tenemos la peor prensa desde la época del presidente Madero. La prensa es tendenciosa y está coludida con los grupos de poder conservador en el país, o al menos eso dice el titular del poder Ejecutivo de México.

Como regla general, nunca es buena señal que el gobierno trate de callar o desacreditar a la prensa, pero es muchísimo peor cuando lo trata de hacer justo después de un desastre como el que acabamos de vivir en la ciudad. Ya después López Obrador nos prometería una “investigación transparente” para encontrar a los verdaderos responsables de lo ocurrido, pidiéndole a la gente que eviten caer en el terreno de la especulación. Pero primero tenía que atacar.

Antes de atender la situación y responder como un mandatario debería de responder, el tabasqueño ya se había lanzado contra la prensa. Que no pase eso desapercibido, no fue solo que AMLO se tardara en atender el tema. Lo atendió desde lo que más le importaba: marcar a la prensa como los enemigos para que cualquier escándalo de su gobierno pueda verse como un desquite de los medios de comunicación y no como periodismo honesto.

El segundo personaje del que quiero hablar es, para mi sorpresa, Vicente Fox. Desde la catástrofe, el expresidente no ha dejado de pronunciarse a través de Twitter al respecto. Va con todo, ya señaló a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Mario Delgado como los responsables. Claro que exigir rendición de cuentas, transparencia y responsabilidad es necesario para que funcione una democracia. En el caso de Fox solamente hay un pequeño problema: cada tweet que pone lo acompaña con algo de propaganda electoral de la coalición Va por México (PRI/PAN/PRD).

Todos queremos ver a Morena caer en las próximas elecciones. Si el 6 de junio el presidente pierde la mayoría que tiene en la Cámara de Diputados, definitivamente será celebrado como una victoria por muchos (o al menos por mí). Dicho eso, en ninguna circunstancia es justificable que se utilice la situación actual como propaganda política.

Claro que fue una construcción mal hecha, claro que se tiene que investigar y claro que los funcionarios de Morena (y de cualquier partido) tienen que responder por lo sucedido. Eso no le da derecho a ningún funcionario ni candidato de beneficiarse políticamente de la situación. Por el amor de dios, ¿qué tiene que pasar en este país para que tengan algo de solidaridad y empatía sin buscar promover sus propios intereses? Si pueden ayudar, háganlo. Si no pueden, manden sus condolencias, pónganse a disposición de las autoridades si así se los requieren y sigan cumpliendo con su trabajo, sea cual sea, pero no salgan a las calles a utilizar a quienes fallecieron durante las últimas horas.

Qué bueno que Vicente Fox quiera justicia, pero que no lo mezcle con la campaña. Va también para quienes en Morena están señalando que esto es culpa del PRIAN y que no se les debería de permitir volver a gobernar. En la misma nota, ¿vio usted que el presidente decretó tres días de luto nacional? Resulta que en muchos países los partidos acostumbran a suspender campañas durante días de luto nacional. No sé si vaya a suceder en México, pero de ser así, ¿AMLO también suspenderá sus mañaneras? ¿O él no está tan de luto?

Una última reflexión, algo sencillo: Algunos estudios han demostrado que los seres humanos tenemos seis emociones básicas. Tres de ellas nos empujan a actuar (sorpresa, alegría y enojo) y tres nos paralizan (miedo, disgusto y tristeza).

En momentos como este obviamente hay muchas emociones que procesar, pero no podemos dejar que nuestra tristeza sea mayor que nuestro enojo. Con enojo tenemos que seguir hablando de este tema, no dejar de tenerlo presente. Tenemos que exigir más de nuestros servidores públicos y tenemos que salir el 6 de junio a votar.

No nos pueden paralizar la desesperanza y la tristeza. No nos van a convencer de bajar la voz ni de sentarnos a llorar. Con enojo vamos a demostrar que sí queremos un cambio y sí estamos dispuestos a actuar por él. Seguimos buscando el cambio, aunque sea un voto a la vez, y esa es la mejor prueba de que está valiendo la pena todo nuestro esfuerzo.

Vi la bandera a media asta hoy durante la tarde. Da tristeza. Mucha, y pareciera que ese es el tono que el gobierno quiere darle a esta situación. Así que dejemos algo muy claro: Además de estar tristes, estamos enojados y lo vamos a demostrar.

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