
Rodrigo Saval Pasquel
Como varios pudimos notar, en las últimas semanas ha habido un tema que ha sido comentado ampliamente por académicos, reporteros, analistas, sociedad civil, y personajes políticos: la Reforma Electoral. La discusión ha ido escalando al punto en que se convocó a una marcha nacional masiva en contra de la Reforma, y el Presidente ha descalificado a la marcha y a sus organizadores. Pero, ¿qué tanto sabes sobre la Reforma Electoral?
Es importante mencionar que la propuesta es bastante amplia, sin embargo, intentaré explicar algunos de los puntos más importantes. El primero habla sobre la desaparición de los OPLEs, que son los Organismos Públicos Locales Electorales. Por ejemplo, el OPLE en la Ciudad de México es el Instituto Electoral de la Ciudad de México o IECM. Si desaparecen los OPLEs podemos prever una crisis democrática, puesto que se centralizaría la organización de elecciones, dañando su eficiencia, y se perdería un contacto directo con la ciudadanía que —por lo menos en la Ciudad de México— ha permitido educar a ciudadanas y ciudadanos sobre sus derechos y la importancia de participar.
Se busca reducir el umbral de participación en la revocación de mandato de 40% a 33%. Aunque esto pudiera sonar como algo poco importante, en caso de que López mantenga su popularidad hasta 2027, esta reducción le permitiría movilizar a su base electoral para remover a la o el Presidente electo en 2024. Sea este de oposición o de su propio partido, por lo que estaríamos permitiendo una extensión de mandato de facto.
Se propuso ampliar la propaganda gubernamental incluso en tiempos de campaña. No es secreto que al actual Gobierno Federal le importan poco o nada las leyes electorales —siempre y cuando no se puedan aplicar para golpear a la oposición—. A pesar de lo anterior, el INE ha logrado sancionar de diferentes formas a Morena por el involucramiento ilegal del aparato Estatal en las elecciones a favor de los candidatos oficialistas. El ampliar esta propaganda —por ejemplo— permitiría que el Presidente promueva de forma ilegal a algún candidato o candidata en las mañaneras —incluso durante la veda—, manipulando de manera importante los resultados electorales.
Sumado a lo anterior, la Reforma también busca limitar el tiempo en radio y televisión de los partidos políticos a solo 30 minutos al día. Lo cual permitiría que Morena —en contubernio con el Gobierno Federal— tuviera más exposición mediática que los demás partidos.
Busca disminuir los consejeros electorales —integrantes del órgano máximo del INE— de 11 a 7. ¿Por qué importa? Porque hoy Morena controla 4 de esos 11 consejeros, si el número se reduce a 7, se impondría como mayoría volviéndose el árbitro oficial de las elecciones. También busca que los mismos sean electos por voto popular, por lo que además de incrementar el gasto en elecciones, permitiríamos que el pilar institucional democrático de la ciudadanía de nuestro país, quede a merced de los partidos políticos, perdiendo así su autonomía fáctica.
Busca reducir el número de plurinominales. Si, a la gran mayoría de las y los mexicanos nos molesta el uso que se le ha dado a los plurinominales, pero si bien es cierto, las acciones afirmativas en la elaboración de las listas han generado una representatividad real de las minorías en la toma de decisiones. De igual forma, la propuesta incluye que estas listas sean cerradas, es decir, no abiertas al público, por lo que prácticamente estaríamos votando por alguien sin saber quién es, ni de dónde viene, ni cuáles son sus propuestas. En el peor escenario esto permitiría que —por ejemplo— el Chapo Guzmán pudiera ser candidato plurinominal y nosotros no sepamos que estamos votando por él.
Por esto y muchas razones más, yo les invito a marchar el 13 de noviembre a las 10:30 de la mañana. El INE está por encima de cualquier persona. No permitamos su destrucción, el INE es el último bastión de nuestra democracia.









