Coyuntura económica y algo más

En repetidas ocasiones, he mencionado como condición necesaria para la atracción de inversión, la existencia del Estado de Derecho, es decir, que se cumpla la ley, lo que implica la existencia de una estrategia que, permita mantener los niveles de inseguridad bajos y, por lo tanto, genere certeza entre los dueños de los factores productivos de que establecerse en esa economía, les permitirá obtener ganancias que no serán golpeadas por la delincuencia, para poder medir cómo estamos en el rubro, se utiliza como uno de los principales indicadores, los niveles de violencia en el país, a través del nivel de homicidios dolosos que se tengan registrados.

Al respecto y de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad y la Comisión Nacional de Seguridad, al 16 de enero del 2023, hemos rebasado los 144 mil homicidios dolosos, tan solo en lo que va de este año, se reportan 1,237 homicidios a nivel nacional, lo que representa un promedio diario de 77.3 homicidios al día, mientras que, el promedio de enero 2022 fue de 66.5, es decir, podemos catalogar este inicio de año como el más violento de la actual administración y, en comparación con los dos sexenios anteriores, es un hecho que rebasaremos los 156 mil homicidios del sexenio de Enrique Peña Nieto, y por supuesto, los 120 mil del sexenio de Felipe Calderón.

Estos números colocan a nuestro país como uno de los más violentos a nivel internacional, lo que impacta de manera directa en la captación de inversiones, por supuesto, habrá muchas personas que digan que en los últimos meses, ha crecido la inversión extranjera directa, que tenemos un peso sólido, conocido por muchos como el «súper peso», pero, hay que entender que el contexto por el cual la inversión ha llegado y el peso se ha mantenido fuerte, no es de ninguna forma, por los buenos resultados en materia de seguridad y existencia de Estado de Derecho, sino por, un conjunto de situaciones a nivel internacional que han permitido que nuestro país, se vuelva atractivo.

Por otro lado, hay que recordar que si bien es cierto que, el principal costo de la inseguridad de nuestro país es el dolor que sufren todos los familiares de aquellas personas que han sido víctimas de algún delito, también existe una pérdida económica, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública del INEGI, en 2021, el costo de los delitos a personas ascendió a 279 mil millones de pesos, lo que representa 1.5 por ciento del PIB nacional, por el lado de las empresas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas, el costo fue equivalente a los 120.2 mil millones de pesos, 0.67 por ciento del PIB de nuestro país.

Para dimensionar la magnitud del problema, en los 4 años de la actual administración, el promedio de homicidios dolosos al mes es de 3,000 y ojo, en realidad el problema no es lo económico, sino la falta de empatía con las víctimas y la necedad de mantener un rumbo equivocado en materia de seguridad, pero sobre todo, la normalización del tema, hoy, nos hemos acostumbrado como sociedad a escuchar y leer en los medios, sobre masacres, asesinatos o ajustes entre organizaciones delictivas, y la respuesta de la autoridad sigue siendo, estúpidamente, abrazos y no balazos, aunque dicho sea de paso, ni siquiera en esa idea se pueden mantener, para muestra, el operativo con el cual se capturó al hijo del «Chapo» Guzmán, en el cual, se hizo absolutamente todo lo que desde el púlpito presidencial, se prometió jamás hacer, entonces, ¿en qué quedamos?, ¿o solo fue por quedar bien con uno de nuestros socios comerciales?, si fue así, nos salió muy caro porque además de las personas que fueron heridas o muertas en el operativo, también recibiremos 30 mil inmigrantes cada mes.