7 de junio de 2025 2:37 pm
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OPINIÓN

¡Que Reviva México!

Más allá de la duración, me sorprendió como la película juega con la esperanza de que todo mejore. Las cosas se van poniendo cada vez peor y cada vez tienes menos expectativa de que todo salga bien. Solo esperas que salga menos mal. Empiezas pensando que tal vez...

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Jaime Tbeili Benpalti

El presente artículo contiene spoilers de la película “¡Que Viva México!” recientemente estrenada en cines. Siga leyendo bajo su propio riesgo. Conste que avise.

Salí del cine después de ver la película con muchas ganas de escribir acerca de lo que vi. La película trata de un joven empresario llamado Pancho Reyes que vive en la Ciudad de México con su esposa y sus dos hijos pero que nació en un pueblo en Durango llamado La Prosperidad… Que de prospero no tiene absolutamente nada fuera del nombre.

Pancho abandonó su pueblo veinte años atrás gracias a la ayuda de su abuelo Francisco. Cuando muere el abuelo, Pancho y su familia se ven obligados a viajar al pueblo, donde conocemos a los padres, hermanos, cuñados, primos, tíos y muchos sobrinos de Pancho. Hay artistas, transexuales, sacerdotes, narcotraficantes, embarazos adolescentes, policías, mineros y, claro, un político corrupto, tío del protagonista.

La historia empieza a tomar forma cuando el testamento del abuelo deja casi todas sus propiedades a nombre de Pancho, incluyendo una caja fuerte con millones en monedas de oro, los terrenos donde está la casa de la familia y una mina abandonada que, según cuentan, tiene una de las reservas de oro más grande del mundo.

Pancho se enfrasca en una lucha contra la familia para tratar de quedarse con las monedas. La familia considera que Pancho ya vive con suficiente lujo en la capital y que esas monedas les corresponden a ellos que son pobres.

En su guerra por el tesoro descuidan los terrenos, que acaban en manos de Regino el político corrupto y de ahí vendidos a una empresa minera de Estados Unidos. La leyenda resulta ser cierta: la mina tiene cantidades absurdas de oro. Los gringos (muy caricaturizados) se acaban quedando incluso con las monedas que Pancho escondió en los terrenos tratando de ocultarlas de su familia. Pancho se queda sin trabajo por haberse ausentado tanto tiempo, la familia se queda sin casa, el gobierno se jode a todos y los gringos se quedan con el oro y la mina.

Lo primero que piensa uno cuando sale de la película es que es innecesariamente larga. Creo que tal vez eso es a propósito. Algunas escenas eran tan intrascendentes que te hacían sentir hartazgo y desesperación.

Más allá de la duración, me sorprendió como la película juega con la esperanza de que todo mejore. Las cosas se van poniendo cada vez peor y cada vez tienes menos expectativa de que todo salga bien. Solo esperas que salga menos mal. Empiezas pensando que tal vez Pancho puede arreglar las cosas con su familia y un rato después solo quieres que alguien encuentre el tesoro que Pancho escondió.

En algún momento incluso te hacen desear que Regino se quede con las monedas con tal de que no se las lleven los gringos o que los gringos se las lleven con tal de que no se las quede Regino. En cualquier caso, para ese momento, la esperanza de que Pancho o su familia salgan adelante con el tesoro ya desapareció y ni siquiera sabes exactamente cuándo.

Dentro de todo, la película hace una muy buena radiografía de la desigualdad en México y el daño que hace un mal gobierno, además de criticar los valores del tejido social mexicano en todas sus presentaciones, a pesar de que López Obrador no para de separar en ricos y pobres, fifís y chairos. Toda la historia refleja clasismo, machismo, violencia, envidia, abusos, prejuicios y resentimientos en prácticamente todos los personajes. Pero de todos, independientemente de su clase social.

En varios sentidos la película es una gran critica al gobierno de la 4T, aunque en ocasiones de manera velada. La mejor critica la hace el mismo Regino, quien nos cuenta que estuvo en el PRI, luego en el PAN y ahora en Morena. Sus declaraciones acerca de que ya no existe la corrupción justo antes de pedirle un soborno a su sobrino son magistrales. Antes de marcharse del pueblo Pancho le dice una frase que encaja como anillo al dedo: “No sé porque este gobierno me recuerda tanto a los anteriores.” Escuchar la frase, junto con las últimas escenas de la película genera un enojo amarrado con tanta impotencia que se vuelve casi cómico.

Hartazgo, desesperación, pérdida paulatina de esperanza, enojo, impotencia y risas de resignación. Justamente son las emociones que pretende transmitir la película. Lo hace muy bien. Dice una cosa más, muy poco explicita: Aunque urge un mejor gobierno (porque sí urge), no todo está en sus manos. Mucho del bienestar de México va a depender de nuestro propio comportamiento. Si queremos que reviva México, necesitamos recuperar algo de la cohesión social que tanto a destrozado López y enaltecer los valores positivos que sí tiene la cultura de nuestro país. No todo es malo, solo hay que mejorar.

Vale la pena ver incluso el tráiler:

Por cierto, el parecido físico entre Pancho y Enrique Peña Nieto es imperdible.

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