Lo negativo del nearshoring
En tiempos revueltos, cuidado con creer todo lo que se escucha, la politiquería está más viva que nunca…
Macraf
Desde el momento en que se dio a conocer la instalación de la nueva planta de Tesla en el estado de Nuevo León, se ha hablado mucho del famoso «nearshoring», un fenómeno que implica la relocalización de las cadenas de suministro a nivel internacional, a destinos que, por su posición geográfica y situación económica, puedan ser benéficos para el negocio, sin embargo, hay dos cuestiones que debemos de tener muy claras.
Primero, estamos frente a un fenómeno económico que se generó a raíz de la pandemia y, de la gran cantidad de conflictos que existen en Europa del este y parte de Asia, en específico, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y, las tensiones entre China y Estados Unidos por Taiwán, esta aclaración es pertinente dado que, el nearshoring se ha catalogado como uno de los grandes logros de la administración del hijo predilecto de Macuspana, por supuesto, no se puede entender de esa forma, a menos que existiera una política económica enfocada en la captación de inversiones y promovida por la actual administración, algo que no es así, por lo tanto, no es un resultado de este gobierno, que dicho sea de paso, si ha logrado perder y alejar a una gran cantidad de capitales, ahora bien, este fenómeno que nació a raíz de situaciones completamente extraordinarias, puede cambiar de rumbo de la misma forma, los conflictos euroasiáticos pueden terminar sin previo aviso y como es natural, los países involucrados, tenderán a incentivar sus economías a través de la captación de grandes inversiones, ofertando muchas facilidades como ya hace varios años lo hicieron, surge entonces una pregunta: ¿estaría preparado nuestro país en ese escenario para lograr retener los capitales que hoy estamos recibiendo?, en mi opinión, si el futuro morador(a) de palacio continúa con la misma política implementada por la administración del tabasqueño, mucho me temo que no lo lograríamos.
Segundo, como todo fenómeno económico, el nearshoring también tiene un lado negativo, si bien es cierto que la captación de grandes volúmenes de inversión es deseable para cualquier economía, de poco sirve si no se complementa con una política económica que busque distribuirla a lo largo y ancho del territorio nacional, permitiendo que el beneficio generado por su captación, pueda ser disfrutado por la mayor cantidad posible de personas, sin embargo, la premura con la cual se ha dado la salida de capitales de un estado para colocarse en otro, ha generado que uno de los principales objetivos de las empresas implique, la reducción de costos operativos y logísticos, lo que implica que la decisión de dónde instalar una u otra empresa, está en función del cumplimiento de esos objetivos, el ejemplo de esta situación es nuestro propio país, los estados del norte son más atractivos que los del centro, sur y sureste, dado que, cuentan con más y mejor infraestructura, mano de obra calificada y lo más importante, una cercanía física con el principal mercado internacional que son los Estados Unidos, transportar cualquier servicio o producto desde ese punto hacia el mercado americano, resulta más barato que en cualquier otra parte del país.
La captación de este capital sin duda ayuda a mejorar los indicadores económicos de nuestro país, sin embargo, aún con esas grandes inversiones, poco ha sido el beneficio que se ha tenido para la sociedad en general, al cierre del primer trimestre de este año, tan solo el 37 por ciento de la población económicamente activa (PEA), se encuentra registrada ante el IMSS, lo que significa que el 63 por ciento de quienes están en posibilidades de trabajar o incluso trabajan, carece de una protección laboral, lo que nos hace referencia al porcentaje de personas que se encuentran en el sector informal, mi estimado lector, no caiga en el cuento del nearshoring, no es la gran panacea, para hablar de un beneficio real, primero tienen que mejorar los indicadores que acabo de mencionar entre otros tantos, cualquier otra cosa que se diga, es simple politiquería.