Hace días, en una mañanera, AMLO dijo: “Les adelanto a los trabajadores que viene un buen incremento hacia adelante (sic) en el reparto de utilidades, como no se había visto nunca, en especial para los mineros, de acuerdo a las proyecciones que tenemos”, el reparto de utilidades que tiene su justificación legal en el artículo 123 de la Constitución, en donde leemos que “los trabajadores tendrán derecho a una participación en las utilidades de la empresa…”, lo cual es injusto.
De entrada, porque no es un derecho, sino un interés, y de salida porque la empresa, entendida como la organización en su conjunto, no genera las utilidades.
La utilidad es la remuneración propia del empresario, como el salario lo es de los trabajadores, y si se tiene derecho al producto íntegro del trabajo, entonces la repartición obligatoria de utilidades entre los trabajadores viola ese derecho, siendo injusta.
El empresario hace lo que hace (aportar capital de su propiedad para producir y ofrecer bienes y servicios en beneficio de los consumidores, enfrentando el riesgo, y asumiendo la responsabilidad, de las pérdidas), no a cambio del pago de un salario o de la obtención de un interés, sino a cambio de la utilidad que, si se gana el favor de los consumidores, obtendrá. Sí, al empresario lo mueve el afán de lucro (imagínense que lo moviera el afán de pérdida), en concreto pecuniario, mismo que logrará si sirve a los consumidores como estos quieren ser servidos en términos de precio, calidad y servicio.
No es la empresa, entendida como la organización en su conjunto, la que genera las utilidades. La empresa lo que hace es producir bienes y servicios que se ofrecen a los consumidores. Las utilidades las genera el empresario al responder correctamente estas dos preguntas: ¿qué producir y cómo producirlo? ¿Qué producir? Lo que los consumidores aprecien, estando dispuestos a pagar un precio que permita, por lo menos, recuperar el costo de producción, incluida la ganancia normal (los temas de la apreciación del consumidor y de la ganancia normal merecen un Pesos y Contrapesos aparte). ¿Cómo producirlo? Al menor costo posible.
La intención de AMLO de que aumente el reparto de utilidades forma parte de las medidas que ha tomado para beneficiar a la clase trabajadora, sobre todo a la asalariada, como el aumento, por arriba de los aumentos promedio de sexenios anteriores, a los salarios mínimos (que no han generado, como algunos pronosticaron, desempleo, véase: https://mexicolibertario.org/salario-minimo-por-el-dr-arturo-damm/), y la intención de que, al jubilarse, los trabajadores reciban una pensión igual a su último salario, algo deseable, pero difícil de lograr por la cantidad de dinero adicional que se necesita para conseguirlo.
Si la intención de que al jubilarse los trabajadores reciban una pensión igual a su último salario es deseable, la de que aumente el reparto de utilidades es injusta, porque es redistribución obligatoria del ingreso (la utilidad es el ingreso propio del empresario), del empresario al trabajador.
El párrafo citado del artículo 123 constitucional debería estar redactado así: “Los trabajadores tendrán el interés (no el derecho), a una participación en las utilidades del empresario (no de la empresa)…”. Así las cosas, cambian.
Artículo originalmente publicado en https://www.razon.com.mx/