27 de diciembre de 2024 2:07 pm
OPINIÓN

Segundo aniversario ruso-ucraniano

Como estos, podemos encontrar muchos otros impactos de la guerra, como el social, el posible avance nuclear y la degradación medioambiental. Sin lugar a dudas, el conflicto ruso-ucraniano se puede observar desde diversos puntos de vista, y es claro que resulta preocupante...

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Por Niels Rosas Valdez


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Hace varios días que se cumplieron dos años de la guerra entre Rusia y Ucrania, un evento que ha paralizado al mundo. Si bien se dice sencillo, mucho ha pasado en estos 24 meses de conflicto. ¿Cuál será el devenir para el año en curso de este escenario que tanto ha involucrado a la comunidad internacional?

La guerra entre Rusia y Ucrania ha marcado un parteaguas en las relaciones internacionales de hoy en día. De un escenario del que se pensó no estallaría un conflicto, o que si sucedía su duración sería corta, pasamos a un entorno totalmente diferente en el que los beligerantes han arrastrado de manera indirecta a muchos países alrededor del globo. Las implicaciones del combate ruso-ucraniano han sido múltiples, de menor o mayor profundidad, y se han sentido en varias regiones del globo.

Una de ellas ha sido la diplomática. Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, en los varios foros internacionales se discutió el acontecimiento y se condenó a Rusia por el acto. Si bien esta acción de los países es legítima y necesaria para atender los problemas en el mundo, es importante mencionar que ha sido recibida con rechazo por el Kremlin.

De la misma manera, los Estados que han apoyado a Kiev en esta guerra, como consecuencia, han visto adelgazar sus relaciones con Moscú. Esta situación es difícil, puesto que ahora que se desarrolla un conflicto de esta envergadura es cuando más se necesitan los puentes y canales de diálogo y negociación, pero, por el contrario, la comunicación efectiva se ha reducido progresivamente desde febrero de 2022.

Otro punto medular es el económico. La llamada “operación militar especial” ordenada por el Kremlin ha generado varios efectos desde el punto de vista económico. Uno de ellos ha sido justamente para Rusia. Tras la agresión hacia Ucrania, una parte de la comunidad internacional ha impuesto sanciones al perpetrador del ataque, teniendo impactos económicos severos. Sin embargo, también ha habido consecuencias negativas para el globo, puesto que la guerra ha limitado las actividades ganaderas y agrícolas ucranianas, de manera particular, lo que ha detonado en una reducción en el comercio de ciertos insumos indispensables para el mundo.

Un punto subsecuente es el tecnológico. La guerra ha empujado a las partes beligerantes, así como a la comunidad internacional, a continuar con sus adelantos tecnológicos para no caer en vulnerabilidades. Por ejemplo, la Unión Europea ha adelantado su transición a energías limpias y renovables para no depender de los energéticos rusos. Asimismo, hay otros casos en los que los países han invertido más en el desarrollo de armas, vehículos y herramientas militares para mejorar sus capacidades en este rubro con el ánimo de protegerse si fuese necesario.

Como estos, podemos encontrar muchos otros impactos de la guerra, como el social, el posible avance nuclear y la degradación medioambiental. Sin lugar a dudas, el conflicto ruso-ucraniano se puede observar desde diversos puntos de vista, y es claro que resulta preocupante, pero por ahora no parece que tenga un final venidero, sobre todo por los intereses tanto de Moscú, por reclamar un territorio que, a sus ojos, debe ser suyo, como de Kiev, que busca a toda cosa defender su integridad territorial.

Por parte de la comunidad internacional, parece que será difícil su involucramiento este año. Recordemos que en el primer año una cantidad de recursos de diversa índole, sobre todo económica y militar, fue destinada hacia Ucrania por parte de sus aliados de Occidente. No obstante, este año es particularmente especial, puesto que se presentarán múltiples elecciones en el globo, incluyendo en países occidentales.

Así, es probable que los gobiernos miren hacia adentro y no al exterior, por lo que la crisis ruso-ucraniana podría diluirse al segundo plano y dejar de recibir la atención y asistencia necesaria para atenderse. Parece que la guerra continuará, a pesar del sufrimiento colectivo.

Artículo originalmente publicado en www.lalupa.mx

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