El panorama global de las políticas monetarias está experimentando cambios significativos. El Banco Nacional de Suiza ha realizado un recorte de tasas, el primero entre los grandes bancos centrales tras un periodo de aumentos consistentes para combatir la inflación. Este recorte llevó las tasas a 1.5%, marcando un cambio en la estrategia debido a la efectividad de las medidas anteriores contra la inflación, que actualmente se mantiene por debajo del 2%.
Por otro lado, el Banco de Inglaterra ha decidido mantener su tasa de interés en 5.25%, aunque se anticipa una posible reducción hacia finales de año, siguiendo una tendencia de disminución de la inflación en el Reino Unido. Esta decisión se alinea con la necesidad de asegurar que la inflación regrese al objetivo del 2% y se mantenga estable.
En contraste, el Banco Central de Turquía ha optado por aumentar su principal tasa de interés de 45 a 50%, en respuesta a un repunte en la inflación. Este movimiento refleja un compromiso con combatir la inflación y muestra que el equipo económico del país tiene el mandato firme de tomar las medidas necesarias para estabilizar la economía.
Estos cambios en las políticas monetarias subrayan la diversidad de estrategias empleadas por los bancos centrales en respuesta a las condiciones económicas internas y la inflación, reflejando un enfoque adaptativo y reactivo ante los desafíos económicos globales.
Con información de El Economista | Nota original
