26 de junio de 2024 4:50 am
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OPINIÓN

Un momento de cambio crucial | Coyuntura económica y algo más

...debemos exigir transparencia y rendición de cuentas a los gobernantes. Las elecciones son solo el primer paso; el verdadero cambio se consolida a través del seguimiento y participación en la vida política y social...

Cuidado con lo que elijas, después no salgas con que, a Chuchita, la bolsearon…

Macraf

Una coyuntura económica se entiende como la situación económica en un momento específico. Es un reflejo del estado financiero y productivo de un país, una empresa o un sector en particular. En este contexto, incluye tanto la descripción del presente como las expectativas a futuro. Por otro lado, la coyuntura política describe un momento histórico en el que actores políticos y sociales se involucran activamente, intentando establecer nuevas direcciones de gobierno y políticas públicas. En México, estas dos coyunturas convergen en un momento crítico: las próximas elecciones, que serán las más grandes de la historia moderna del país.

Actualmente, México enfrenta una situación económica compleja. A pesar de algunos avances, persisten problemas estructurales como la desigualdad, el desempleo y la corrupción. La recuperación postpandemia es frágil y el alto nivel de gasto y endeudamiento del actual gobierno plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal a largo plazo. En los últimos años, el gobierno ha aumentado significativamente el gasto público, lo que ha incrementado la deuda del país. Si bien se argumenta que este gasto ha sido necesario para apoyar a los sectores más vulnerables, la falta de transparencia y la corrupción, que ha sido incluso mayor en este gobierno que en anteriores.

En el ámbito político, México está en la antesala de unas elecciones que marcarán el rumbo del país para las próximas décadas. La participación ciudadana es crucial, y alcanzar al menos el 70% del padrón electoral es fundamental para asegurar un proceso democrático robusto y representativo. La estabilidad económica de los próximos 20 o 30 años está en juego, y las políticas que implemente el próximo gobierno serán determinantes para enfrentar los retos económicos significativos que México debe resolver.

Además, nuestro país enfrenta una crisis de inseguridad que impacta directamente a todos los sectores y niveles sociales. Este sexenio ha sido el más sangriento de los últimos cuatro, con casi 200 mil homicidios dolosos. La inseguridad no solo afecta la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también desincentiva la inversión y el turismo, sectores vitales para la economía mexicana. La violencia y la criminalidad representan un obstáculo para el crecimiento y la estabilidad del país, y la próxima administración deberá implementar estrategias efectivas para combatir este flagelo.

Si bien la coyuntura política actual es dinámica, en muchos aspectos también es incierta. Los partidos políticos compiten agresivamente unos contra otros y la polarización social es palpable. La narrativa política a menudo prioriza la confrontación sobre el diálogo constructivo, lo que dificulta la creación de consensos necesarios para el desarrollo del país y deja en claro que lo único que no existe en la política mexicana es el consenso y mucho menos la posibilidad de generar gobiernos de coalición, situación que debe preocupar a todos por que tanto la oposición como el oficialismo tienen candidaturas bajo este esquema.

En tiempos de elecciones, los ciudadanos tienen la posibilidad de elegir no solo a sus líderes, sino también el tipo de políticas y el modelo de desarrollo que desean para el país. Es un momento en el que la participación de la sociedad civil puede influir significativamente en el futuro. La próxima administración deberá enfrentar retos económicos significativos, incluyendo la necesidad de mejorar la infraestructura, fomentar la inversión extranjera, y promover la innovación y la educación.

Asimismo, es crucial abordar la corrupción y la impunidad, que han socavado la confianza en las instituciones y representan un freno al desarrollo económico. Este gobierno ha sido señalado por incrementar los niveles de corrupción, lo cual ha minado aún más la confianza pública. Es necesario un enfoque renovado y contundente para combatir estos problemas.

Como sociedad, debemos exigir transparencia y rendición de cuentas a los gobernantes. Las elecciones son solo el primer paso; el verdadero cambio se consolida a través del seguimiento y participación en la vida política y social del país.

En conclusión, este domingo será un momento de cambio crucial, donde la coyuntura económica y política se entrelazan para definir el futuro del país. La estabilidad y el desarrollo de las próximas décadas dependen de las decisiones que se tomen hoy. Es imperativo que los ciudadanos participen en el proceso electoral y que los actores políticos trabajen con responsabilidad y visión de futuro. Solo así se podrá construir un México más justo, próspero y seguro.

Todo recae en sus manos mi querido lector, usted, es quien tiene la última palabra.

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