17 de octubre de 2024 8:48 pm
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OPINIÓN

Cambio al minuto 70

...es tarde y es riesgosa una sustitución de cara a las elecciones del 5 de noviembre, eso es innegable, pero, poniéndolo en perspectiva, quizá no lo sea del todo si resultara ser una opción que permita mejorar las probabilidades...

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Por Niels Rosas Valdez


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Las elecciones presidenciales en Estados Unidos de América (EUA) se acercan día a día de forma intrigante, cargadas de zozobra y preocupación. Por ende, las candidaturas de los principales partidos, materializadas en Joe Biden y Donald Trump, se vuelven el centro del interés público y político. ¿Cuál es el panorama de cara a las votaciones del 5 de noviembre?

Entre las más importantes elecciones de este año, por un sinfín de razones, se encuentra la de los EUA. No falta mucho para que millones de estadounidenses se den cita en las urnas para emitir su voto y decidir el destino de su país, uno que se ha vuelto crítico por los retos domésticos e internacionales que circulan en la actualidad.

Del lado de los demócratas, su candidatura presidencial fue anunciada hace tiempo, aunque era por mucho la opción más probable. Sin embargo, si bien hoy en día el panorama es claro para los republicanos, en su momento la contienda interna por la nominación del partido llevó a pensar en posibilidades adicionales a Trump. A pesar de ello, este lunes la Convención Nacional Republicana anunció formalmente la nominación del exmandatario como candidato republicano para las elecciones por la presidencia de 2024.

Se veía venir esta situación, sobre todo cuando el Partido Republicano dejaba aparecer a Trump en las boletas de las elecciones primarias sin haber participado en ningún debate interno del partido, a la par de que el expresidente continuaba sus mítines en EUA fomentando al público a apoyarle y fondear su campaña. Ahora es un hecho esta candidatura republicana que tanta especulación y preocupación ha generado al paso de los años, tanto en el país de las barras y las estrellas como en otros territorios del globo.

De esta manera, la competencia entre Biden y Trump es más directa que nunca, ahora que las dos candidaturas por la presidencia se han confirmado. A pesar de la oficialidad de la contienda, desde meses atrás hemos notado encuestas de ambos y que favorecen en general al expresidente. El apoyo público que recibe, a pesar de no estar en el poder y de cargar semana tras semana con decenas de cargos penales, ha demostrado lo fuerte que es y lo complicado que será vencerle de nueva cuenta en las urnas. Por si fuera poco, el reciente intento de asesinato ha causado mucho furor en EUA, permitiendo cerrar filas entre sus simpatizantes y quizá acercar a algunos votantes que aún se mantenían indecisos.

En el lado del Partido Demócrata, la situación se ha vuelto más endeble al paso de los años y más aún en las últimas semanas. Los constantes errores en los discursos del presidente, sus lentos movimientos y sus apiladas declaraciones imprecisas, llevadas a cabo en múltiples participaciones públicas y oficiales durante los últimos meses, evidencian una decaída de su salud y coherencia. Como resultado, aumenta la preocupación dentro del partido de que su figura y liderazgo sean apreciados del todo para obtener el respaldo público suficiente que le permita vencer a un titán in crescendo, como lo es Trump.

Por ello, en las últimas semanas hemos atestiguado el rumor de una posible sustitución de Biden como candidato demócrata. Es curioso que esto pueda ser una realidad, puesto que entonces los pasos que deben seguir los partidos para nominar a alguien a una candidatura en EUA pueden ser fácilmente olvidados. Pero más allá de eso, podría ser una solución invaluable para el Partido Demócrata en esta contienda crítica que mantiene con el exmandatario republicano.

Sí es tarde y es riesgosa una sustitución de cara a las elecciones del 5 de noviembre, eso es innegable, pero, poniéndolo en perspectiva, quizá no lo sea del todo si resultara ser una opción que permita mejorar las probabilidades de un apoyo demócrata en las urnas. La clave aquí sería colocar a una persona que cuente con respaldo total en el partido y liderazgo, pero que al mismo tiempo sea lo suficientemente conocida por el electorado estadounidense. Esto le ayudaría a resarcir su falta de exposición pública en los últimos meses, considerando el tiempo que resta para el día de las votaciones. Varios nombres se han manejado, entre ellos el de Kamala Harris y Michelle Obama. En dado caso, ¿quién podría ser la elegida?

Artículo originalmente publicado en www.lalupa.mx

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