La política de Estados Unidos de América (EUA) está que arde. En las últimas semanas hemos encontrado múltiples eventos que han transformado en muy poco tiempo el escenario político-electoral de nuestro vecino del norte. Donald Trump se ha fortalecido y los demócratas lidian con un cambio tardío, pero importante para mantener sus aspiraciones del poder en la Casa Blanca. ¿Cómo se perfilan las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre?
La cascada de eventos vertiginosos que cambiaron el panorama político-electoral actual en el país de las barras y las estrellas inició con el famoso rally de Butler, en el que Trump sobrevivió un intento de asesinato. Ese momento paralizó a todo EUA. Hablar de intentar eliminar a un candidato presidencial es algo severo, pero quizá cobra más fuerza considerando el escenario tan polarizado en el que se encuentra la sociedad estadounidense.
Para muchos, este intento de asesinato fue un simple acto teatral. Cuesta mucho aceptar la posibilidad de que el Servicio Secreto estadounidense no lograra frustrar dicho ataque, sobre todo tomando en cuenta que, según los reportes, el perpetrador había sido identificado como un “sujeto de interés” momentos antes del inicio del mitin. Sin embargo, para muchos otros lo que se presenció en Butler fue un inequívoco movimiento de la Casa Blanca para eliminar a un líder político y legítimo contendiente por la presidencia de los EUA.
El apoyo y solidaridad de muchos estadounidenses republicanos hacia el exmandatario estalló tras ese incidente. Esa fue la razón que le faltaba al partido para nominar de una vez por todas a Trump como su candidato presidencial para las elecciones del 5 de noviembre. A partir de ese momento, se confirmó una dura batalla para los demócratas, quienes, esperanzados en que los militantes del partido del elefante terminaran fraguando otra candidatura, mantenían su apoyo al actual mandatario Joe Biden, a pesar de sus múltiples deslices, evidentes errores y confusiones en sus declaraciones.
Hace poco leí que la bala que evadió Trump terminó por matar a Biden. Tal señalamiento tiene toda la razón. De un lado, los republicanos se fortalecieron con la historia de la supervivencia milagrosa del exmandatario, como si “Dios” –según el mismo candidato– lo hubiese protegido, como si hubiese estado de su lado. En el otro extremo, tenemos a un presidente y candidato que le cuesta cada vez más hilar sus ideas, erra frecuentemente en los nombres de otros políticos y funcionarios, aun de su mismo gobierno, y se nota su progresiva falta de movilidad y fortaleza en general.
Por lo tanto, el escenario no permite mucha pelea. De hecho, el primer debate presidencial permitió contrastar las carencias de Biden y los varios puntos fuertes de Trump. En esas condiciones, una derrota para los demócratas podría ser más que esperada, a menos que se realizara un cambio de timón, un acto que muchos pedían a gritos, tanto dentro como fuera del partido.
Luego de mucha especulación y un fin de semana lleno de rumores, Biden ha abandonado la contienda y muy probablemente sea Kamala Harris quien lo supla en la carrera presidencial. Se habían barajado otros nombres, pero ha sido el de la actual vicepresidenta el que ha acaparado más respaldo de los líderes demócratas. ¿Sería el mejor cambio posible para las aspiraciones políticas de la Casa Blanca? Es algo que estaremos próximos a saber.
Pero, por ahora, es importante reconocer que Harris sería una buena opción al ser un rostro conocido por los estadounidenses. A poco más de tres meses de los comicios, era invaluable que la nueva candidatura presidencial la absorbiera una persona conocida por el electorado para así resarcir el tiempo perdido de campaña ante la cercanía de las elecciones. Por otro lado, también resulta de relevancia que la vicepresidenta es y representa, en muchos aspectos, lo contrario a Trump, por lo que sería también un mensaje interesante para el electorado en EUA, quizá eso sea lo que termine salvando a los demócratas el 5 de noviembre.
Artículo originalmente publicado en www.lalupa.mx