Perfil
Gabriela Nava
Criminóloga y experta en Seguridad Nacional, con una trayectoria destacada en inteligencia y lucha contra la delincuencia organizada.
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En 2024 la oposición en Venezuela logró un hecho clave: empoderaron a una candidata única que representara una opción de cambio real y contundente al régimen de Nicolás Maduro. El problema, la candidatura de María Corina Machado se logró en un escenario de “Democracia Simulada”, en cuanto María Corina tuvo posibilidades de ganar la inhabilitaron ya siendo candidata y Edmundo González se presentó en las urnas en su lugar.
Una “democracia simulada” es lo que en 1990 Mario Vargas Llosa definió como una “dictadura perfecta” en relación con la perpetuación del Partido Revolucionario Institucional (México) en el poder desde la década de los 30.
Vargas Llosa describió con precisión un México en el que la democracia era una mera ficción. Una democracia fingida cuyo objetivo fue mantener “tranquila” a la sociedad y debilitada a la oposición partidista. Mecanismos de control para retener el poder necesario para ejercer una corrupción política sistemática que sigue siendo una calamidad hasta el día de hoy.
Edmundo González, María Corina Machado y la oposición, aunque unida e impecablemente organizada, llegaron a las elecciones del 28 de julio en un escenario de “dictadura perfecta”, de “democracia simulada”. La oposición venezolana soslayó que, a pesar del gran esfuerzo realizado, nunca lograrían derrocar al dictador porque los mecanismos democráticos venezolanos tienen muchos años siendo una farsa.
Venezuela y México en 2024 tienen muchas similitudes:
Primero, Nicolás Maduro en Venezuela y AMLO en México han trabajado de forma sistemática en el desmantelamiento de los organismos autónomos electorales porque son su enemigo más temible. Hay elecciones, como en una democracia real, pero las elecciones no son transparentes ni independientes del poder. En México las elecciones ya no son confiables ni son coordinadas por un organismo independiente del poder.
Segundo, bajo la ideología del Socialismo del Siglo XXI desarrollan lo que Vargas Llosa mencionó como “una retórica de izquierda reclutando a la elite intelectual, sobornando de manera sutil a través de cargos o nombramientos en puestos públicos” para apoyar, justificar y sobre todo adoctrinar a la población en esta ideología y mantener un férreo control social.
Tercero, una simulación de oposición política a través de “un partido único que financia a los partidos opositores”. En Venezuela esta es una verdad, la oposición son un mero apéndice de Nicolas Maduro. En México son mas bien los partidos rémora, se alimentan de las sobras de MORENA y López Obrador a cambio de dinero, impunidad para la corrupción y una ilusión de poder político. Apoyan ciegamente al presidente sea cual sea su propósito político.
Cuarto e indudablemente el síntoma mas relevante “Al igual que otras dictaduras latinoamericanas fue incapaz de traer la justicia social. No hay mejor distribución de la riqueza generada, por las mismas problemáticas de corrupción existentes en una dictadura tradicional” Venezuela está más allá de la pobreza, es un país que en desarrollo humano está colapsado. No existe riqueza que distribuir, lo que existe está en manos de la corrupción política. En México, la desigualdad social y económica sigue prácticamente como la dejaron gobiernos anteriores, lo único que ha cambiado de manos es el poder y la impunidad.
Durante décadas se fueron creando en México múltiples organismos independientes y autónomos para vigilar, limitar y descentralizar el poder político. El mismo Andrés Manuel López Obrador fue instrumental para muchas de estas reformas que limitaban el poder del Presidente y su Partido. Desde el primer día de su gobierno se ha dedicado a destruir sistemáticamente estos organismos y concentrar todo el poder en un hombre y un partido poniendo la mesa para el regreso de la “dictadura perfecta”.