En Argentina, adoptar niños mayores sigue siendo un desafío, pero algunas familias están rompiendo las normas establecidas al dar una segunda oportunidad a quienes más lo necesitan. Agustín y Jorgelina, tras la pérdida de su hijo biológico, decidieron ampliar su rango de adopción para incluir a niños mayores, lo que los llevó a ser los felices padres de Lucas, un niño de 9 años. Este cambio en su decisión les permitió encontrar a su hijo y crear una familia después de años de espera y dolor.
Otros, como Franco y Sergio, también enfrentaron sus propios desafíos en el proceso de adopción. Inicialmente, consideraron la adopción internacional debido a los rumores sobre la burocracia en Argentina, pero pronto descubrieron que el proceso local era más accesible de lo que imaginaban. Esto les permitió adoptar a Ariadna y Cristal, dos niñas de 9 y 11 años, quienes ahora forman parte de su familia, transformando sus expectativas de la paternidad.
En muchos casos, el camino hacia la adopción de niños mayores puede ser largo y complejo, como lo fue para Daniela. Después de años de espera, decidió cambiar su rango de edad y optó por adoptar a Mariana, una adolescente de 13 años. Este ajuste aceleró el proceso y le permitió establecer un vínculo profundo con su hija, demostrando que la edad no define la capacidad de formar una familia.
A pesar de los obstáculos, como la preferencia de la mayoría de los adoptantes por niños pequeños, algunas familias, como Sofía y Alejandro, han asumido el reto de adoptar a grupos grandes de hermanos. Esta pareja de Córdoba decidió adoptar a cinco hermanos, entre ellos Byron, de 13 años, quien ya había perdido la esperanza de que todos pudieran ser adoptados juntos. Gracias a su valentía y amor, lograron mantener a los hermanos unidos, desafiando las estadísticas y transformando sus vidas para siempre.