16 de octubre de 2024 8:00 pm
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
OPINIÓN

Octubre, Mes de la Muerte Infantil

"...la comunidad en el dolor es la más fuerte de todas. Es una comunidad que vive de amor, ya que el duelo es directamente proporcional al amor que no sabemos cómo hacer llegar a nuestro ser querido muerto."

Escuchar

A pesar de que, para muchas organizaciones, el 15 de octubre es el día en que se conmemora la muerte durante el embarazo y los primeros meses de vida, para nosotros, en The MISS Foundation, octubre es el mes de la muerte infantil.

La muerte de un hijo, de cualquier edad y por cualquier causa, es una tragedia universalmente reconocida como profundamente dolorosa. Tan es así, que no hay un nombre, en idioma alguno, que se le dé a los padres dolientes, a diferencia de quienes no tienen padres – el huérfano – , o a quién perdió a su cónyuge a la muerte – la viuda –, por ejemplo.

Desde 1998, he tenido el privilegio de trabajar con cientos de familias tras la muerte de un hijo. He caminado junto a mujeres cuyo hijo murió durante el embarazo y he acompañado a padres tras la muerte de su “bebé” de sesenta años. A pesar de la diferencia de circunstancias, el duelo parental tiene más similitudes de lo que podemos imaginar. Es un dolor muy solitario, socialmente mal entendido y por lo general, muy poco acompañado.

A pesar de lo que piensa la mayoría, sólo el 9% de los matrimonios terminan en divorcio tras la muerte del hijo. En mi experiencia profesional como tanatóloga, la mayoría de las parejas con las que trabajo, se mantienen juntas, aunque es importante que cada miembro reciba el apoyo y el acompañamiento que necesita, independientemente del que pueda recibir del otro, que también está trabajando su dolor e integrando la muerte de su hijo a su nueva realidad.

Como dije anteriormente, es un dolor muy solitario y egoísta, pero no tiene que serlo. Los grupos de apoyo – presenciales o virtuales –, la mentoría uno a uno, el acompañamiento tanatológico, la terapia especializada en duelo, la lectura, entre muchos otros, son recursos que acogen al doliente y que lo acompañan a trabajar su dolor de una forma en la que pueda integrar la muerte de su hijo y le ayuden a encontrar un nuevo sentido a su vida.

Nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho de decirle a un padre doliente cómo vivir su dolor. Cada uno, a partir de sus experiencias y vivencias anteriores, vive su duelo de la mejor manera posible. La peor falta de respeto hacia un padre doliente es descalificar sus pensamientos, sus sentimientos y sus emociones.

Nombrar al hijo muerto ayuda, aunque provoque lágrimas. La oportunidad de poder compartir con otros a esa persona tan especial – el hijo – es invaluable y sanadora. Conozco cientos de niños y niñas, adolescentes y adultos maravillosos al través de la mirada amorosa de sus padres.

Como dice la Dra. Joanne Cacciatore, fundadora de The MISS Foundation, la comunidad en el dolor es la más fuerte de todas. Es una comunidad que vive de amor, ya que el duelo es directamente proporcional al amor que no sabemos cómo hacer llegar a nuestro ser querido muerto.

Mientras escribo este comentario, no sólo están en mi mente y en mi corazón las familias a las que he sido afortunada de acompañar. También lo están los padres de las víctimas de la invasión rusa a Ucrania, las del 7 de octubre pasado, de los cientos de desaparecidos y de muertos por la violencia en nuestro país.

Compartir en:

Twitter
Facebook
LinkedIn
Telegram
WhatsApp
Email

Más Columnas de opinión

Noticias de interés

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Opinión

El Comentario del Día TV

Noticias nacionales e Internacionales