El Museo Kaluz conmemora los 150 años de la colonia Guerrero con la exposición «La Guerrero en boca de todos: Relatos vecinales», una muestra que pone en el centro a los habitantes de este histórico barrio. Con una curaduría colaborativa, la exposición ofrece un recorrido visual y auditivo por las calles, mercados y plazas de la colonia, resaltando la identidad y el sentido de pertenencia que sus habitantes han forjado a lo largo del tiempo.
La exhibición se divide en tres módulos temáticos que exploran la evolución urbana, la resistencia y las tradiciones del barrio. En «Reconfiguración urbana», se detalla la transformación del territorio desde sus raíces prehispánicas hasta la época moderna, pasando por momentos clave como la construcción de la estación del ferrocarril en Buenavista. También se destacan edificios icónicos, como la casa de Antonieta Rivas Mercado.
El segundo módulo, «Reconciliación y resistencia», se enfoca en los desafíos que ha enfrentado la Guerrero, especialmente tras la ampliación del Paseo de la Reforma en la década de 1950 y el terremoto de 1985. La exposición muestra cómo la comunidad se organizó para reconstruir sus hogares y recuperar sus espacios públicos, una lucha que continúa en la actualidad frente a la gentrificación y otros problemas urbanos.
Finalmente, «Cultos y rituales» recoge las festividades y la vida social del barrio, desde los templos religiosos como San Hipólito y Santa María La Redonda hasta los salones de baile que marcaron una era, como el desaparecido Salón México y el mítico Salón Los Ángeles. La muestra también rinde homenaje a figuras deportivas nacidas en la Guerrero, como El Chango Casanova y el Ratón Macías, íconos del boxeo mexicano.
La exposición es resultado de una extensa investigación encabezada por los curadores Ricardo Urueta y Carlos López, con el apoyo de diversas asociaciones civiles y archivos históricos. Además, el Museo Kaluz ha reforzado su conexión con la comunidad local, ofreciendo entrada gratuita a los vecinos de la Guerrero y llevando actividades culturales fuera de sus muros. Así, el Kaluz no solo cuenta la historia de la colonia, sino que se convierte en parte activa de su presente.