Maribel Gavito
Docente con más de 35 años de experiencia en la enseñanza de idiomas y administración hotelera.
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Otro año que se va, con sus momentos que parecen interminables y aquellos que parecen que tienen propulsión a chorro. Se acaba el 2024. Un año en general convulso, sorpresivo, incomprensible. Un mundo con guerras que no acaban, que matan a pueblos completos y en donde nadie gana. La destrucción en cualquiera de sus formas, donde uno quiere sobreponerse al otro, nunca lleva a nada. La violencia nos llena de miedo, de odio y saca lo peor de cada uno y nos convierte en versiones que, ni siquiera nosotros, reconocemos de nosotros mismos.
Pasó otro año y parece que los problemas que nos afectan a todos se han quedado para siempre, no vimos avances considerables para arreglarlos o evitar su crecimiento. Ante este panorama poco esperanzador, ¿por qué se me ocurre dar gracias?
Dar gracias es un ejercicio de reflexión personal profunda que nos ayuda a ver todo aquello, que por pequeño o insignificante que lo consideremos, salió bien, que logramos ese objetivo, ese sueño, esa meta. Dar gracias libera el alma, nos vuelve más humildes, nos ayuda a volvernos más conscientes de todo lo que sí tenemos y más sensibles para reconocerlo y agradecerlo. Nos ayuda a aterosorar.
En realidad, hay muchas cosas por las cuales podemos, debemos y necesitamos estar agradecidos como: el estar vivo hoy, el tener salud, el tener trabajo, tener sueños o metas por lograr, tener alimento en la mesa, tener a nuestra familia y que todos sus miembros estén bien, sanos y salvos. También agradecer el poder tener un lugar donde vivir y donde podemos descansar, tener los medios para satisfacer nuestras necesidades y gustos, por nuestros amigos que nos alegran y forman parte tan importante de nuestras vidas.
Como ven, cuando agradeces te das cuenta de que la lista es interminable y entre esas bendiciones a agradecer está el cariño que recibes de las personas que te rodean. Y aquí deseo detenerme un momento. Existe una confusión entre muchas personas de todas las edades en donde creen que el cuidar a una persona es querer controlarla. Cuando preguntamos: ¿Cómo dormiste? ¿Cómo te sientes? ¿Quieres algo de comer? ¿Cómo te fue en el trabajo, en la escuela? Al igual que cuando pedimos o decimos: “cuídate mucho, mándame la ubicación, tápate bien porque hace frío, contesta tu teléfono, aquí estoy para lo que necesites…” todas y cada una de estas frases son sinónimos de: te quiero, te cuido, estoy al pendiente de ti, eres muy importante para mí. Estoy segura de que si estas frases se ven con agradecimiento al momento de recibirlas, el significado real que es amor y cuidado por uno, se siente y se entiende de manera cristalina. El control es diferente, es agresivo, desconfiado y el único interesado es el controlador por su propio bien. Entendamos bien la diferencia y agradezcamos que nos cuiden y se interesen por nosotros.
El fin de cada año, es donde los deseos para el próximo son expresados de manera ilimitada. Yo también deseo que el fin de este 2024 sea feliz, satisfactorio y alegre y que el 2025 sea un año benévolo para todos, lleno de logros y de salud, pero sobre todo lleno de gratitud hacia el universo y hacia todos tus seres queridos que te hacen sentir que eres amado y especial. Te deseo un 2025 donde la paz, la seguridad, la prosperidad se hagan realidad para todos y digamos gracias por cada día vivido. Te deseo un 2025 en donde a diario atesoremos las bendiciones que tenemos en nosotros, en los que nos rodean y en nuestras vidas.