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Una de las características más notorias de los sistemas democráticos son sus ciclos electorales; permitir que nosotros como ciudadanos seamos capaces de escoger a nuestros representantes. En el 2024, más de 70 países alrededor del mundo pusieron a prueba sus sistemas democráticos una vez más, siendo casi la mitad de la población global quienes asistieron a las casillas. Este año nos demostró los altos y bajos de lo que significa vivir dentro de este tipo de sistemas; como para unos puéden ser un mero tramite o una pesadilla logística, y como para otros puede ser una lucha por derechos o mantenerlos.
En México, vimos hacerse historia con la primera mujer presidenta de nuestra historia; mientras que en Estados Unidos, Donald Trump venció a Kamala Harris en las urnas listo para retomar la casa blanca. Esto sin duda alterara las relaciones de ambos países con la próxima revisión del tratado de libre comercio, ademas de las amenazas ya presentes del presidente electo a México. Venezuela nuevamente lucho por elecciones libres y justas hasta el ultimo aliento, pero Nicolás Maduro logro afianzar su poder dentro del país sudamericano. Al igual que en Rusia, Vladimir Putin para sorpresa de nadie aseguro su quinto mandato; y Ucrania se vio obligado a aplazar sus elecciones debido a la ley marcial que existe en el país. Francia fue la sorpresa más grande, donde a pesar que la Agrupación Nacional de Marine Le Pen gano la primera ronda de elecciones, fue en la segunda ronda donde los partidos de centro e izquierda se unieron para evitar que tomaran el poder.
Sin embargo, fueron las elecciones y resultados del Parlamento Europeo e India que me parecen las más intrigantes. El Parlamento Europeo es una muestra de como elecciones transnacionales pueden organizarse y gestionarse para un mismo fin a pesar de existir partidos tanto nacionales como regionales. Esta es la prueba más grande de como un sistema democrático que involucre una amplia variedad de ideas y culturas puede existir; sin embargo, no evito preguntarme, hasta que punto tanta polarización y diversidad puede realmente soportar este sistema. En India, vimos como la democracia más grande del mundo convoco por 44 días a lo que representa al 12% de la población mundial a las urnas. La eficiencia logística y voluntad fue un logro masivo; no obstante, para el primer ministro Narendra Modi no represento lo mismo. Él por primera vez en en sus 10 años de mandato, a pesar de ganar otros 5 años, tendrá que gobernar en coalición.
Los resultados electorales a lo largo de este año tiene la capacidad de cambiar el panorama internacional. Quienes han sido electos y asumen —o mantienen— el poder, podrán alterar las dinámicas que hemos visto en los últimos años; prioridades e intereses de estados cambiaran o verán una continuidad, veremos el fin e inicio de conflictos y crisis, además de ver un panorama económico probablemente diferente. Este año nos enseño la gran polarización ideológica que existe hoy en día; desde el alza de fascismo y nacionalismo en algunas partes del mundo, hasta el gran poder del populismo y la izquierda en otras.
Este año fue sin duda el año de la democracia, donde fue uno de los hitos alrededor del mundo sobre su existencia y/o supervivencia. Una cosa es clara, en todo el mundo, este 2024, las elecciones dieron de que hablar, además de tener repercusiones globales por los próximos años. Los sistemas democráticos este año fueron puestos a prueba de multiples formas, desde cuestionamientos de legitimidad hasta la posible ruptura total del sistema en ciertos lugares. Descubrimos que tan fuerte es realmente la democracia alrededor del mundo y cuantos estamos dispuestos a seguir creyendo en ella.
