Londres está a punto de ofrecer una nueva atracción turística fascinante: los históricos túneles Kingsway Exchange, situados a unos 30 metros bajo tierra, se abrirán al público en 2027 o 2028, tras una transformación que costará alrededor de 149 millones de dólares. Estos túneles, construidos en la década de 1940 para proteger a los londinenses de los bombardeos alemanes, fueron utilizados como refugio durante la guerra y más tarde se convirtieron en la base secreta de la Dirección de Operaciones Especiales de Gran Bretaña, precursor de la famosa rama Q de James Bond.
A lo largo de los años, los túneles adquirieron diferentes funciones, como la de central telefónica durante la Guerra Fría, donde albergaban comunicaciones cruciales, incluyendo la línea directa entre los líderes de EE.UU. y la URSS. También sirvieron de centro para 200 trabajadores que atendían una compleja red de comunicaciones, y en la década de 1980, British Telecom los transformó en un espacio de lujo para su personal, creando incluso el bar más profundo del mundo.
El nuevo proyecto, conocido como «The London Tunnels», no solo será un museo conmemorativo de la Segunda Guerra Mundial, sino que también incluirá exposiciones interactivas y un espacio de entretenimiento, brindando una experiencia única en su tipo. Se espera que atraiga hasta 3 millones de visitantes anuales, similares a los que recibe la famosa rueda de observación London Eye, consolidándose como uno de los destinos turísticos más emocionantes de la ciudad.
Los planes para abrir los túneles al público reflejan el impacto que estas instalaciones históricas tienen en la memoria colectiva, ofreciendo una visión profunda de su uso durante momentos clave de la historia británica.