Ante el reto, la compañía ideó una estrategia polémica que consolidó su posición, pero que fue vista como abusiva.
En 1996, Bill Gates, fundador de Microsoft y uno de los hombres más influyentes del mundo, vivió una gran preocupación que le quitaba el sueño: la aparición de Java, una innovadora tecnología que ponía en peligro el dominio de su empresa en el mercado. En un correo dirigido a Nathan Myhrvold, entonces director de tecnología de Microsoft, Gates expresó su temor de que Java pudiera facilitar la creación de sistemas operativos competitivos, lo que podría erosionar la posición de Windows.
Para hacer frente a este desafío, Myhrvold propuso una estrategia conocida como «adoptar y extender». Esta consistía en apoyar la estandarización de Java, pero añadiendo características exclusivas para los productos de Microsoft, lo que generaría una ventaja competitiva para la empresa de Gates. La estrategia resultó exitosa y permitió consolidar el liderazgo de Windows, aunque fue considerada abusiva por muchos, lo que llevó al Departamento de Justicia de los Estados Unidos a llamarla «Adoptar, extender y extinguir», debido a su impacto negativo en la competencia.
La historia de Gates refleja una realidad común entre los CEO de grandes empresas tecnológicas: la «Paranoia del CEO». Este miedo a ser superados por una innovación inesperada es un sentimiento recurrente en la industria. Líderes como Jensen Huang, CEO de Nvidia, y Jeff Bezos, fundador de Amazon, han expresado temores similares sobre los riesgos que enfrentan sus empresas, demostrando que el dominio tecnológico siempre tiene un precio y un riesgo asociado.