
Fernanda Álvarez Morphy
Internacionalista con experiencia en proyectos educativos, ambientales y migratorios en Latinoamérica y Estados Unidos.
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Dicen que hoy en día las mujeres desde hace años somos iguales a los hombres; podemos trabajar, votar, manejar, casarnos, y divorciarnos. De muchas formas esto es cierto, hoy en día ya no luchamos por lo que nuestras abuelas o las abuelas de ellas lucharon, es cierto que tenemos derechos que hace un siglo no teniamos. Actualmente, podemos votar y ser votadas, trabajar, elegir con quien casarnos o no hacerlo del todo. Sin embargo, esa no es la lucha por la cual gritamos a todo pulmón en cada marcha el 8 de Marzo cada año; yo no lucho por votar o poder tener un trabajo o mi propio dinero. ¿Qué caso tiene luchar por algo que ya se logro? Si, reconocemos que quienes han venido antes que nosotras han tenido grandes logros para las mujeres, pero eso no significa que la lucha este terminada.
El 8 de Marzo, supone ser el día internacional de la mujer ¿pero que se supone debo yo de celebrar? No haber sido violada este año, el haber llegado a mi casa cada día y noche, o no ser una cifra más de feminicidios. Durante el 2024, en México se registraron 829 víctimas de feminicidio y 2,598 víctimas de homicidios dolosos en todo el país, esto son 9 mujeres muriendo forma violenta al día según datos presentados a la Camara de Diputados por el Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Genero (CELIG). Es posible que pueda “celebrar” no ser una cifra más en este país, pero no puedo celebrar el no haber sido acosada en las calles, el no haber temido cada vez que caminaba por la calle, o tener que cancelar planes con amigos porque es muy lejos para regresar de noche.
El salir a las calles y gritar, el tomar espacios públicos el 8 de marzo es para recordarle a todo el mundo que aquí estamos y no nos vamos a quedar calladas. Puede que sea un día de inconveniencia para muchos; pero es años de peleas, dolor, humillaciones, revictimización y muchas otras cosas más para quienes han sido víctimas de violaciones y otros tipos de violencia. Este año es el día en el que le devolvemos la voz a las 3,427 mujeres que ya no puede exigir justicia para ellas mismas. Es tomar el centro del escenario y hacernos escuchar por todos, el pedir que los hombres se mantengan al margen (a menos que sean familiares de las víctimas) es para dar el espacio para que nosotras hablemos, y ellos aprendan a escuchar. Si eres hombre, mantente al margen el 8 de marzo no se trata de ti o de tus acciones; se trata de que las mujeres usemos nuestras voces y vean nuestras acciones. La iconoclasia y el bloque negro en las marchas son muestras del hartazgo de las mujeres con la falta de seguridad y el no ser escuchadas de ninguna otra forma.
El espíritu de la lucha feminista no es por las cosas que ya tenemos es por lograr vivir en paz y seguras, es luchar por todas las que ya no están, por esas niñas a quienes se les roba la infancia, por todas aquellas que han sido abusadas, violadas, menospreciadas y pasadas por alto. El 8 de marzo es luchar contra las instituciones que no nos dan protección, es gritar a todo pulmón que aquí estamos y no nos vamos a callar más. Porque nuestras amigas son quienes nos protegen, porque su indiferencia a logrado la union de cada vez más mujeres que no estamos dispuestas a dejar pasar por alto las injusticias, porque estamos todas juntas en esto.