OPINIÓN

Los niños que México dejó morir

7 niños, niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años mueren al día en México; mientras que 2.9 de ellos son asesinados. No hay metáfora ni verso que suavice esta realidad. No hay manera de decirlo sin que duela.

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7 niños, niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años mueren al día en México; mientras que 2.9 de ellos son asesinados.

No hay metáfora ni verso que suavice esta realidad. No hay manera de decirlo sin que duela. Porque no son cifras, son vidas que se terminan antes de tiempo, infancias arrebatadas por la violencia, por el abandono, por un sistema y una comunidad que no los protege.

Hace poco leí unas estadísticas en un estudio de Red por los Derechos de la Infancia en México que me dejaron el alma helada. Me destroza pensar que estamos fallando de manera irremediable. ¿Cómo es posible que en este país, donde presumimos valores familiares fuertes, mueran 7 niños al día? ¿Cómo permitimos que casi 3 de ellos sean asesinados sin que esto detenga el mundo entero?

Hay una imagen que no puedo sacarme de la cabeza. En el mismo estudio se menciona que “desde 2015 hasta diciembre de 2024, en México han asesinado a 25,280 niñas, niños y adolescentes. Es una cifra que supera la capacidad máxima de la Arena Ciudad de México”. Esto me hizo pensar en ese recinto icónico, lleno hasta el tope, pero no de espectadores, sino de ausencias. No de luces, sino de sombras.

¿Qué estamos haciendo mal? ¿En qué momento normalizamos esta situación? Hace poco, la presidenta Sheinbaum dijo que en México hay valores familiares sólidos. Al inicio coincidí, pero después de darle vueltas, la pregunta me golpeó con fuerza: ¿Realmente tenemos valores familiares fuertes si permitimos que asesinen a nuestros niños? ¿Si los dejamos caer en las redes del narcotráfico y la violencia? ¿Si crecen rodeados de armas y crimen en lugar de libros y oportunidades?

De enero a diciembre de 2024, en México se cometieron 196 feminicidios y homicidios dolosos de niñas y mujeres adolescentes. La verdad es que me cuesta trabajo entender esta realidad. Nos estamos desmoronando. Es casi imposible de creer que la tasa de asesinatos de niños y adolescentes en México (2.9 diarios) supere a la de países en guerra como Afganistán (2), Ucrania (0.7) e Iraq (0.6), según datos de Al Jazeera.

Algo estamos haciendo terriblemente mal. Y lo más desesperante es que no parece haber una agenda real para detenerlo. De acuerdo con el estudio mencionado anteriormente, la incidencia de homicidios de niñas, niños y adolescentes a nivel nacional ha aumentado en 0.6 casos diarios entre la administración de López Obrador y Claudia Sheinbaum.

No hay planes serios, no hay estrategias contundentes para protegerlos de la violencia, para alejarlos del peligro, para garantizarles algo tan básico como el derecho a la vida.

Estoy cansada de escuchar estas cifras, de ver cómo cada año son peores, de saber que cada una representa un niño, una niña que no volverá a casa. Pero lo que no se nombra, se invisibiliza. Lo que se calla, no existe. Y esto es real, querido lector: cada día en México mueren 7 menores.

No podemos seguir así. No podemos seguir enterrando a nuestros niños. No podemos seguir fingiendo que no pasa nada. Porque cuando un país permite que su infancia muera, ese país está condenado a morir con ella.

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