Las acciones de Tesla experimentaron una caída de más del 10% en las primeras operaciones del lunes 7 de abril, alcanzando los 214,80 dólares. Esta pérdida es un golpe más para la compañía, que ya había sufrido una caída significativa desde su máximo histórico en diciembre. El analista Howard Lutnick había predicho en marzo que las acciones de Tesla nunca volverían a estar tan baratas, pero ahora la realidad ha desmentido esa afirmación, a medida que el precio de las acciones sigue en descenso.
A pesar de que Tesla parece estar a salvo de los aranceles del 25% impuestos por el gobierno de Trump, Elon Musk ha advertido que la compañía no quedará completamente indemne. La participación del CEO en varias controversias políticas ha provocado reacciones negativas entre algunos consumidores, afectando las ventas y la percepción pública de la marca. La reciente caída de las entregas de vehículos en el primer trimestre de 2023 también contribuyó al pesimismo en torno a la empresa.
El analista de Wedbush Securities, Daniel Ives, señaló que las políticas comerciales de Trump y los problemas derivados de la imagen de Musk han afectado gravemente a Tesla, lo que llevó a una rebaja en sus estimaciones de ventas y ganancias. Además, la mayor preocupación recae en la posición de Tesla en el mercado chino, donde la relación con Musk y las tensiones políticas podrían favorecer a competidores locales como BYD, Nio y Xpeng.
Este panorama desafiante para Tesla refleja cómo las decisiones políticas y las controversias personales de su CEO pueden tener un impacto directo en la estabilidad de la empresa, a pesar de su liderazgo en el sector automotriz eléctrico.