La inflación subyacente de Egipto se redujo en marzo al 9.4%, frente al 10% registrado en febrero, según datos divulgados este jueves. Esta leve disminución sugiere que las presiones inflacionarias en el país podrían estar comenzando a moderarse, tras meses de tensiones económicas.
La inflación subyacente excluye los precios volátiles de alimentos y energía, por lo que se considera un indicador más estable del comportamiento general de los precios en la economía. Este descenso es una señal positiva tanto para los consumidores como para las autoridades financieras del país.
El Banco Central de Egipto ha estado monitoreando de cerca la inflación mientras ajusta sus políticas monetarias en un contexto de desafíos económicos internos y presiones externas como el alza del dólar y la situación regional.
A pesar de esta baja, la inflación general aún se mantiene elevada en comparación con niveles históricos, y los hogares egipcios siguen enfrentando altos costos de vida. Sin embargo, la caída en la inflación subyacente podría abrir espacio para una revisión en las tasas de interés si la tendencia se mantiene.
Este movimiento también podría influir positivamente en la inversión extranjera y en la confianza general del mercado, ofreciendo un respiro en medio de un panorama económico que sigue siendo incierto.