El Mundial de Clubes 2025 está a punto de ser presentado oficialmente como uno de los torneos más ambiciosos de la historia del futbol. Con la participación de 32 equipos y una bolsa de mil millones de dólares en premios, la FIFA apuesta por un formato más grande y llamativo. Sin embargo, especialistas advierten que esta expansión podría ampliar aún más la desigualdad entre los equipos de élite y aquellos con menos recursos.
Aunque el nuevo certamen otorga premios desde los 3.58 millones de dólares hasta 155.81 millones para el campeón invicto, no garantiza el fortalecimiento de ligas emergentes. Javier Salinas, experto en marketing deportivo, señala que el problema no radica en la inversión, sino en la falta de mecanismos que impulsen un crecimiento equitativo del futbol mundial. “Si no se redistribuyen los ingresos de forma adecuada, las potencias seguirán dominando y alejándose del resto”, comentó.
El torneo refleja una enorme disparidad económica entre los participantes. Mientras el Real Madrid lidera la lista de plantillas más valiosas con 1,515 millones de dólares, el Auckland City apenas alcanza los 5.93 millones. Además, la mayoría de los equipos provienen de zonas con mayor poder económico, dejando sin representación a regiones como Centroamérica.
México contará con dos representantes: Monterrey y Pachuca, que recibirán alrededor de 9.55 millones de dólares por su participación. Aunque el ingreso representa un impulso financiero, también conlleva mayores costos operativos. Además, la coincidencia de fechas con la Copa Oro podría afectar la visibilidad de esta última, especialmente al compartirse la sede con el Mundial de Clubes. Para muchos, el torneo trae beneficios económicos, pero sin una estrategia clara para fomentar el desarrollo global del futbol, los desafíos de equidad seguirán vigentes.