Robotaxis: De Herramienta de Movilidad a Barricada Tecnológica
En medio de las recientes protestas en Los Ángeles, desatadas por redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), una imagen en particular se viralizó: un joven sobre un automóvil Waymo en llamas. Este incidente no fue aislado; un total de cinco vehículos autónomos de la compañía fueron vandalizados, incendiados y utilizados como barricadas improvisadas por manifestantes. El trasfondo de estas acciones va más allá de la situación migratoria actual de California, señalando una creciente tensión entre la ciudadanía y la percepción de una tecnología «impuesta» desde Silicon Valley.
William Riggs, profesor de urbanismo de la Universidad de San Francisco, comentó al San Francisco Chronicle que el vehículo autónomo sin conductor se convierte en una «herramienta útil para interrumpir, para dramatizar el mensaje. Es tecnología convertida en barricada». Los robotaxis fueron grafiteados con mensajes anti-ICE, apedreados y estratégicamente movidos para bloquear el paso de la policía. Ante los incidentes, Waymo suspendió su servicio en el centro de Los Ángeles y zonas aledañas, y redujo temporalmente operaciones en San Francisco, priorizando la seguridad de sus usuarios y su flota.
Costos Millonarios y la «IA como Objeto» de Disputa
Aunque Waymo no ha proporcionado cifras oficiales de pérdidas económicas, estimaciones basadas en datos de Motor Trend sugieren que el daño material directo a los cinco vehículos incendiados, cada uno valorado entre 150,000 y 200,000 dólares (modelos Jaguar I-PACE), podría ascender hasta un millón de dólares. A esto se suman los costos operativos derivados de la suspensión del servicio, la pérdida de ingresos por viaje (entre 10 y 25 dólares por trayecto), la reasignación de unidades y los gastos de investigación técnica y coordinación con autoridades. Zoox, otra empresa de vehículos autónomos que opera en Los Ángeles, no ha comunicado si ha modificado su servicio, mientras que otras como Uber y Lyft, que mantienen acuerdos con Waymo en otras ciudades, continúan sus operaciones con normalidad.
Hugo Valdés, director de operaciones de Roomie, una empresa mexicana de robótica e Inteligencia Artificial, señaló que la «robótica de servicio es una de las más prometedoras en el corto plazo y de las que más veremos en ascenso potenciada por el uso de IA». Sin embargo, analistas del sector asegurador anticipan que estos eventos probablemente incrementarán las primas que pagan las empresas de autónomos por cada vehículo, especialmente en zonas urbanas con alta tensión social, transformando los robotaxis de una atracción turística a una «presa fácil».
Símbolo de Rechazo y Riesgos para Manifestantes
Omar Wasow, profesor de ciencias políticas en UC Berkeley, explicó al Washington Post que estos vehículos «no solo transportan personas. Transportan también el imaginario de una tecnología impuesta desde Silicon Valley, que muchas veces no consulta ni entiende a las comunidades donde opera». Así, los robotaxis se han convertido en una superficie simbólica donde se proyecta el rechazo a la vigilancia estatal, la gentrificación tecnológica y la idea de que el progreso avanza sin freno, incluso si «atropella derechos».