General Motors (GM) anunció un importante ajuste en su estrategia de producción en Norteamérica que incluye el traslado parcial del ensamblaje de los modelos Chevrolet Equinox y Blazer —hasta ahora producidos en México— hacia Estados Unidos. Esta reestructuración industrial responde a una baja en la demanda de autos eléctricos, cambios regulatorios y una mayor presión del gobierno estadounidense para incentivar la producción local.
La automotriz invertirá cerca de 4,000 millones de dólares para ampliar su capacidad en las plantas de Michigan, Kansas y Tennessee. A partir de 2027, la planta de Orion Assembly fabricará camionetas y SUV a gasolina, mientras que Fairfax y Spring Hill producirán versiones a combustión de Equinox y Blazer respectivamente, junto con vehículos eléctricos como el Bolt y el Cadillac Lyriq.
El gobierno estadounidense celebró la decisión como una victoria para su política industrial. Según Kush Desai, vocero de la Casa Blanca, este anuncio se suma a otros compromisos históricos que buscan revivir la manufactura automotriz nacional bajo la administración de Donald Trump. Además, se espera que una nueva ley elimine las restricciones de California sobre la venta exclusiva de vehículos eléctricos desde 2035.
En cuanto al impacto en México, aunque la producción de Equinox y Blazer se reducirá, GM mantendrá operaciones en el país para abastecer mercados fuera de Norteamérica. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que no habrá cierres ni despidos en las plantas mexicanas. No obstante, esta medida representa una pérdida de exclusividad para México, que hasta ahora concentraba por completo el ensamblaje de estos modelos clave.
Este giro estratégico de GM ilustra cómo el entorno regulatorio y las condiciones de mercado están forzando a las empresas a reconsiderar sus planes de electrificación, optando por mantener una oferta balanceada entre motores a combustión y eléctricos, y adaptándose a un panorama global más volátil.
