Los migrantes mexicanos en Estados Unidos podrían enfrentar un fuerte golpe económico si se aprueba una iniciativa impulsada por el Partido Republicano que propone aplicar un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas por personas que no cuentan con permiso legal para trabajar. Según el Pew Research Center, los mexicanos son el grupo más afectado, ya que representan la mayor proporción de trabajadores indocumentados en el país: un 37% de los 10.9 millones nacionalizados no tienen su situación migratoria regularizada.
En comparación, los migrantes originarios de India y China —los siguientes grupos más numerosos con 2.7 y 2.5 millones, respectivamente— presentan proporciones menores de trabajadores sin documentos: 27% en el caso de India y solo 15% en el de China. Esto significa que el impacto del gravamen recaerá con mayor fuerza sobre los mexicanos, quienes podrían aportar hasta 217 millones de dólares en impuestos solo por enviar dinero a sus familias.
El impuesto sería retenido por las empresas que ofrecen servicios de envío de remesas, quienes tendrían que verificar que los remitentes cuenten con la documentación adecuada. A pesar de la percepción errónea de que los migrantes no pagan impuestos, expertos como Jesús González Cervantes del CEMLA señalan que los migrantes —incluso los indocumentados— pagan impuestos al consumir bienes y servicios, además de estar sujetos a deducciones en sus ingresos laborales.
México se mantiene como uno de los principales receptores de remesas a nivel global, recibiendo más de 67,000 millones de dólares en 2023, solo por detrás de India. No obstante, si la propuesta avanza, miles de familias mexicanas podrían ver reducidos sus ingresos debido a este nuevo gravamen. Según el Pew Research Center, los mexicanos representan el grupo más vulnerable ante esta medida fiscal por su alto porcentaje de trabajadores en situación irregular.